Nicolás Labra G.
Tranquilo mentalmente, superando los momentos complicados, y con el tenis más sólido de su carrera, Nicolás Jarry (35°) se instaló ayer por primera vez en la tercera ronda de Roland Garros, tras superar en cuatro sets al estadounidense Tommy Paul (17°), cabeza de serie número 16 en París, por 3-6, 6-1, 6-4 y 7-5, en tres horas y seis minutos.
Aunque partió con algo de dudas y su rival logró un quiebre clave para llevarse la manga inicial, Jarry no desesperó y desde el segundo parcial mostró su mejor repertorio. Le pasó por arriba en el segundo con un 6-1 y en el tercero salvó un break point y a continuación quebró para ponerse 4-3.
Repitió con la misma fórmula en el cuarto set. Tras un extenso game de al menos 10 minutos, logró salvar puntos de quiebre para sostener su servicio en el 4-4. Después, quebró para ponerse 6-5 y no dejó espacio a dudas para sellar el partido con su servicio y lograr su primera victoria ante Paul, que había ganado los dos encuentros anteriores entre ambos.
Más sólido
Tras el partido, el "Príncipe" destacó de su juego que se siente "muy bien, muy contento. Todo el trabajo que he hecho está pagando, estoy jugando muy bien, estoy compitiendo y siendo muy sólido contra grandes jugadores. Tengo que seguir así".
De las dudas que presentó en el primer parcial ante Paul, el chileno señaló que "tenía que devolver un poco más firme, y después tratar de tomar la iniciativa con mi derecha, después con mi saque. De a poco me fui sintiendo cada vez más cómodo y empecé a ser más agresivo con la derecha".
Por el paso a los octavos de final, Jarry enfrentará mañana al estadounidense Marcos Giron (75°), que venció 6-2, 6-3 y 6-2 al checo Jiri Lehecka (41°) y con quien no tiene enfrentamientos previos.
"Por lo que sé es muy rápido, al igual que Tommy. No sé si tiene la misma dirección de bola, pero es un poco parecido, alguien que juega bien hacia adelante, no es de tirar estilo sudamericano. Espero poder ser yo el que plantee mi juego y no él", subrayó.