Docente se la juega por instruir a dueñas de casa y extranjeras
La profesional Verena Yáñez, desde 2010, realiza talleres de contabilidad, marketing y emprendimiento para que mujeres puedan desarrollarse.
Luego del terremoto de 2010, la académica de la Facea de la Ucsc, Verena Yáñez, sintió que debía hacer algo. Con una formación como contador auditor, ingeniera comercial y también un magíster en Finanzas, decidió postular a un proyecto para ir en ayuda de las mujeres para formarlas en temáticas del área de la economía para que pudieran emprender o desarrollarse en diversas áreas para crecer.
En este tiempo, casi 200 mujeres han pasado por sus talleres. Los últimos dos años (2018 y 2019) ha tenido alumnas extranjeras. Incluso, desde otras regiones se han interesado por participar de sus cursos.
"Estoy súper contenta, porque aprendo de ellas también. Ellas vienen de otras realidades. Entonces, conocer de estas, cuáles son sus dificultades, me ayuda para que el otro año piense cómo ayudarlas. O también crear en la universidad o facultad instancias para ayudar a las mujeres", señala Verena.
Modelo israelí
Verena llegó en 2006 a la Ucsc. Tras el 27F, cuenta, "postulé por primera vez a los FAE (Fondo de Apoyo a la Extensión) aquí en la universidad. El terremoto como trajo harto desempleo, me preocupé por las mujeres. Mi primer proyecto fue: Facea y mujeres de Santa Clara levantan Talcahuano. Fue un grupo de 20 mujeres que las fuimos a buscar en los campamentos. Les enseñamos temas de contabilidad, de cómo emprender, iniciación de actividades, marketing, costo, cómo fijar precios y así partimos. Trabajé con alumnos de la carrera de Contador Auditor e Ingeniería Comercial".
A fines de 2010, postuló a una beca en Israel llamada "Capacitación empresarial: un medio de empoderamiento para las mujeres". Presentó una carta con todo lo que hacía por las mujeres, así que fue becada para ir al Centro Internacional de Capacitación Golda Meier de Haifa. "Ahí, me acuerdo, a este curso fuimos dos chilenos. Me enseñaron hartas cosas en temas de capacitar a las mujeres. Era a nivel internacional, porque los mismos problemas que tienen las emprendedoras de Chile, como opciones de crédito, o porque son dueñas de casas, era el problema de todas a nivel latinoamericano. Nos enseñaron módulos de marketing, comunicación, estrategias de venta para apoyar a las mujeres. Así surgió este tema de seguir apoyando más a las mujeres. Desde ahí postulé a los proyectos FAE y siempre con proyectos para ellas", detalla.
En 2011 buscó apoyo en la Municipalidad de Talcahuano para continuar con sus proyectos para las mujeres. Y no ha parado. "Su metodología es que si queremos apoyar a las mujeres, debemos hacerlo de la mejor manera posible, que es brindándoles herramientas eficaces. Es decir, que sean personas adecuadas, con el perfil adecuado para enseñarles de manera correcta todo lo que tienen que saber. Por ejemplo, había profesionales que se manejan en las áreas a entregar. Al otorgarles estas herramientas, ellas podrán ser capacitadoras de otras, como alguna amiga, familiar o círculo", comenta.
Hacia las extranjeras
Estos dos últimos años, 2018 y 2019, quiso enfocarme en las extranjeras, pues vio que muchas mujeres habían llegado a la zona. Eso sí, relata que "mi primer proyecto quería hacerlo con haitianas, pero no resultó, porque les faltaba mucho conocer el idioma. Ahí decidí ampliarlo y limitar el curso a mujeres extranjeras con dominio del español. Surgieron varias participantes. Así, tuve el primer proyecto. Les enseñamos varios módulos, como contabilidad, marketing digital, trámites tributarios, emprendimiento. Todo enfocado a la economía nacional. Vinieron hartas mujeres. Tuve de Argentina, Panamá, Perú, Bolivia, de Haití... venezolanas, colombianas. Hicimos un grupo de WhatsApp y ellas mismas empezaron a difundir estos talleres con sus propios grupos".
De este proyecto, surgió otro nuevo, que tiene que ver con todas las falencias en sus derechos, finiquitos y contratos, dice. "Este FAE que finalizó en diciembre se tituló Facea y mujeres extranjeras: aprendiendo a calcular mis rentas, mis obligaciones y mis derechos como ciudadana extranjera. También enseñamos contabilidad, calcular sus liquidaciones de sueldo, porque ellas firman no más. Acudí a un profesor del área de Derecho que nos ayudó con estos temas legales. Ellas han empezado a aplicar la materia, lo cual es gratificante".
En ese sentido, expresa que las mujeres extranjeras se han sentido apoyadas tanto por la facultad como por el país. "La mayoría de las personas que han venido son profesionales, tienen sus títulos y no han podido desenvolverse en lo que estudiaron. Tenemos abogadas, economistas, ingenieras, que han tenido que reinventarse. Algunas no sabían ciertas cosas, pero ahora las saben, pues han tenido el curso", comenta.
Además, ella ha podido aprender. "Ha sido una experiencia muy enriquecedora, también para los profesores que han colaborado. Es bonito, porque uno aprende de ellas, de sus costumbres, compartimos alegrías, tristezas, porque finalmente uno se vuelve amigas de ellas", señala.
En marzo se abren nuevamente las inscripciones. Esta vez, adelanta, "queremos hacerlas con chilenas y extranjeras juntas. También quiero juntar a todas las que se han capacitado en un seminario dirigido la mujer. Al taller le fue tan bien, que desde otras regiones se enteraron y querían inscribirse, lo encontraron súper bueno".
"Es bonito, porque uno aprende de ellas, de sus costumbres, compartimos alegrías, tristezas".
Verena Yáñez