Cristian Aguayo Venegas
Según las proyecciones del Observatorio Climático de la Universidad San Sebastián (USS), la última semana de enero y la primera de febrero (14 días) podrían convertirse en las 336 horas más riesgosas para la propagación de incendios forestales. Además, se anticipó que el fenómeno de La Niña traerá temperaturas ligeramente superiores al promedio habitual para el verano de 2025.
Paula Santibáñez, jefa del Observatorio Climático USS, expresó que "se proyecta que el verano de 2025 estará influido por una fase débil de La Niña, lo que implicará temperaturas ligeramente superiores al promedio y precipitaciones por debajo de lo normal, especialmente en la zona central".
"Durante diciembre y enero, podrían llegar algunos frentes débiles o núcleos segregados en el sur, lo que aliviaría temporalmente las condiciones de sequía, pero no sería suficiente para reducir significativamente el riesgo de incendios forestales", agregó.
"En esta temporada, las altas temperaturas combinadas con baja humedad relativa, aumentarán las posibilidades de propagación de incendios, particularmente hacia finales de enero y principios de febrero, momentos históricamente críticos en regiones como el Biobío", afirmó.
"Aunque las proyecciones a largo plazo aún no son definitivas, es importante destacar que podrían ocurrir eventos de ondas de calor que intensifiquen este riesgo", dijo.
"Por ello, el monitoreo continuo y el análisis diario del Observatorio, que considera datos climáticos en alta resolución espacial, son esenciales para anticipar y mitigar estos escenarios críticos", comentó.
Respecto de cómo se hacen los monitoreos, la especialista sostuvo que "desde el Observatorio Climático se realizan monitoreos utilizando modelos de pronóstico climático de alta resolución espacial para proyectar riesgos de incendios forestales".
Señaló que esos modelos proporcionan datos claves como temperatura, humedad relativa, velocidad del viento y precipitación, los cuales se analizan hora por hora para evaluar las condiciones meteorológicas.
"Esta información permite construir diariamente mapas interactivos de riesgo, detallados y actualizados, que identifican las áreas más vulnerables a incendios forestales", aseguró.
Corma
Ramón Figueroa, presidente del departamento de Protección del Bosque de Corma, indicó que los sistemas de monitoreo y proyección de incendios forestales de las empresas socias del gremio combinan tecnología avanzada y análisis predictivo.
"Para el monitoreo se utilizan 264 cámaras robot con inteligencia artificial, que emplean tecnología óptica para identificar humos en un radio de 25 a 30 kilómetros mediante diferencias de píxeles", describió.
"Estas simulaciones permiten anticipar la velocidad, propagación y dirección de los incendios, identificando zonas críticas y áreas estratégicas para el control", señaló.
Sobre proyecciones de periodos de riesgo para el verano, Figueroa confesó que aunque la ocurrencia exacta de incendios no puede predecirse con meses de anticipación debido a la influencia de múltiples factores variables, sí existen patrones que ayudan a prepararse.
"Además, hay zonas históricamente más afectadas por incendios y un período crítico que suele concentrarse entre la quincena de enero y febrero, especialmente en regiones como el Biobío", cerró.