Gonzalo Slako Haase

Cuatro víctimas fatales y casi 400 hectáreas quemadas fue el desolador saldo que dejó el paso del inmenso incendio forestal de la Región de Valparaíso en el Jardín Botánico de Viña del Mar, lugar que quedó reducido a cenizas.

Las personas que fallecieron formaban una familia que vivía en el recinto, conformada de la horticultora, Patricia Araya, quien llevaba más de 40 años trabajando allí, su madre y sus dos nietos.

La noche del sábado, la organización del Jardín Botánico detalló en un comunicado los efectos del siniestro en el lugar, donde se quemaron varias estructuras, incluyendo una cafetería. "Varios de nuestros funcionarios lamentablemente perdieron sus hogares, también al interior del botánico y alrededores", señalaron a través de la página de Instagram del parque, especificando que lo único que se salvó de las llamas fueron los prados centrales a la entrada, un área de cerca de 2 hectáreas. La superficie quemada alcanza las 393 hectáreas en el jardín.

El director del Jardín Botánico, Alejandro Peirano, se manifestó visiblemente afectado por las pérdidas humanas y recalcó que el jardín no era sólo un lugar para visitar, sino que también contaba con características muy valiosas, como un cactario, colecciones de ejemplares y un laboratorio, además de las numerosas instancias educativas y de celebración en el recinto.

"Vamos a tener que ver cómo lo recuperamos, y ahí vamos a necesitar harta ayuda", sostuvo.

En tanto, el gobernador de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, señaló que "el Jardín Botánico se ha perdido en un 100%, absolutamente, ahí hay vegetación, bosque nativo y se perdió. El daño provocado en lo material y en lo patrimonial es un daño irreversible y por tanto, los responsables tienen que terminar en la cárcel".