Historia del cementerio general de Concepción
El campo santo no estuvo exento de luchas religiosas, ya que, al haber sido bendecido por la iglesia católica se impedía en él la inhumación de personas de otros credos religiosos.
Acasi dos siglos de la fecha en que, por el Decreto Supremo del 31 de julio de 1823, se ordenó elegir lugares para panteones y establecerlos en todos los pueblos de la naciente república para el descanso de los difuntos. En la ciudad de Concepción, el 28 de octubre del mismo año siendo intendente Juan de Dios Rivera, y reunido con las demás autoridades, procede a dar cumplimiento con lo ordenado en Santiago y seleccionan un lugar para que dichas disposiciones se ejecuten, tanto más cuando la viruela causaba estragos en la población penquista en aquellos años.
Hasta el momento, las inhumaciones se realizaban en terrenos particulares, y las clases pudientes ocupaban el interior de las iglesias como práctica común de entierro desde la colonia. Diversos ritos y costumbres se aplicaron por siglos en la despedida y última morada que ocuparían los difuntos.
De todos los lugares seleccionados, fue el sector norte del cerro Chepe el indicado para la instalación de nuestro panteón, debido en un principio a que el cerro protegía a la ciudad de los posibles humores que el recinto podía expedir hacia el resto de la población. Hacia 1842, el intendente de la ciudad da cumplimiento a lo establecido por el gobierno, en el sentido de tener un panteón como correspondía a la categoría de ciudad que poseía Concepción, que debía incluir en el lugar una capilla, una sala de anatomía, murallas externas, muralla divisoria para el cementerio de pobres, jardines y otros menesteres que dieran inicio a la administración del campo santo. Por decreto del 13 de diciembre de 1844, se dio la partida a la construcción del panteón y el comisionado para hacerlo fue don José Rodríguez.
El cementerio de Concepción fue bendecido por la Santa Madre Iglesia, a través del obispado, para la inhumación de católicos, apostólicos y romanos.
El campo santo no estuvo exento de luchas religiosas, ya que, al haber sido bendecido por la iglesia católica se impedía en él la inhumación de personas de otros credos religiosos, y de algunos católicos en pecado venial a los que no se les permitió el entierro en dicho lugar. Un caso de este tipo ocurrió con la muerte del coronel Zañartu, célebre militar de la independencia, que había obtenido su prestigio en la batalla de Maipú y que fallece el 5 de octubre de 1871 en casa de su amante, siendo inhumado en el cementerio local acción que alarmó al obispo Hipólito Salas, quien buscó impedir dicho funeral, lo que trajo como consecuencia que las autoridades de la época, hacha en mano, abrieran las puertas del cementerio para dar sepultura a tan digno patriota penquista.
El hecho trajo como consecuencia una serie de polémicas que terminaron con la dictación de la Ley de 1883 de cementerios laicos y la Ley de Registro Civil e Identificación de 1884, concluyendo así de alguna manera, lo que se llamó las luchas religiosas del siglo XIX.
El pasado
Según una cita del libro "Historia del cementerio de Concepción" de Margarita Fernández Sánchez, en él manifiesta "son muy pocos los que se detienen a pensar que un cementerio no alberga solo cuerpos, lápidas e inscripciones; es muchísimo más que eso: allí se encuentra el pasado, aquellos que lo escribieron, el fin de la historia de cada ser humano… ¿O el principio de la historia?". Hoy sobre nuestro cementerio podemos afirmar sin lugar a equívoco, que es un museo a cielo abierto, allí recorremos la historia de nuestra ciudad, apoyándonos en los mausoleos de los héroes y ciudadanos más ilustres que hicieron de Concepción una tierra próspera y llena de vicisitudes, es así, como recorremos las tumbas de personajes de la talla de Juan Martínez de Rozas, prócer de la independencia; el general José María de la Cruz, el coronel Herminio González, héroe de la guerra del Pacífico; la tumba de don Pedro del Río Zañartu, gran filántropo penquista; la tumba de la familia Castellón, de políticos prominentes del siglo XIX; la tumba del coronel Zañartu, héroe de la independencia, y otro sin número de personalidades que descansan en nuestro campo santo, según creencias de cada cual, a la espera de una nueva vida.
El cementerio cuenta, además, con otros lugares de inhumación de diferentes credos religiosos, como lo es el cementerio de disidentes que alberga a luteranos, presbiterianos y evangélicos de diferentes congregaciones religiosas, los que en el siglos pasados, llegados de diferentes destinos tanto de Europa como otras latitudes, generaron en Concepción el levantamiento de empresas y negocios que prosperaron y transformaron la zona con industrias importantes como el carbón, la loza, la industria del paño, etc. El cementerio cuenta también con un cementerio de niños, como consecuencia de las pestes que afectaron brutalmente a este tipo de población parvulario a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Otro lugar del campo santo tiene relación con el lugar en que se inhuman los practicantes y observantes del judaísmo en nuestra zona.
Otros detalle del cementerio, corresponden a plazas destinadas para depositar en ellas placas recordatorias, luego de ser inhumados, como lo es el parque del recuerdo de la R:.L:. Paz y Concordia N°13, del valle de Concepción.
Al día de hoy el cementerio cuenta con más de 1 millón de personas sepultadas, y representa un sector aparte de la población penquista, visitado normalmente por las familias que tienen en el lugar a sus deudos o un ser querido, como a su vez, el cementerio se ha transformado en un museo a recorrer con visitas guiadas que explican el acontecer y el devenir de una población que ha sufrido en su historia terremotos, maremotos, destrucción y quema, guerras de independencia y otras vicisitudes, que han hecho de él un campo propicio para el estudio in situ de nuestra historia.
"Al día de hoy el cementerio cuenta con más de 1 millón de personas sepultadas.
Alejandro Mihovilovich, Profesor de Historia, Director de Extensión Biblioteca Municipal de Concepción
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