Jorge Reyes Patuelli
"Fue una tormenta fuerte… larga y fuerte", cuenta acongojado Hernán García (31). El único golfista adaptado del país está recién saliendo adelante después de tres operaciones que lo dejaron al borde de la muerte y con una deuda cuantiosa. Nació sin su mano derecha, viajó por todo el mundo representando a Chile, pero después de un torneo en Europa se sintió mal y le extirparon el colon, perdiendo más de 20 kilos y dejando su carrera estancada por casi dos años. Ahora, el deportista hijo de un caddie que le diseñó palos especiales de golf está encomendado a una rifa para poder saldar la deuda y volver al pasto que le recuerda a los antiguos cerros de Peñalolén.
Nacido en Santiago, Hernán García se enamoró del golf "como a los ocho o nueve años", según calcula el deportista. Debido a una malformación congénita nació sin su mano derecha, pero eso no lo frenó para aprender del golf.
Cuenta que encontró unos palos abandonados en una bodega. Su papá, cuando era joven, era caddie y alguien del trabajo se los había regalado. "Los tomé y empecé a jugar solo. Pedí que me enseñaran. Insistí", confiesa.
Su papá notó las condiciones de su hijo, pero se dio cuenta que los palos eran demasiado grandes y pesados. Por lo mismo, cortó un palito e hizo uno especial para Hernán. "Con eso partí", detalla.
Ya con 11 años viajaba a los cerros de Peñalolén que todavía no estaban poblados. Era pasto y tierra y ahí practicaba con su papá hasta que en el Prince of Wales Country Club le abrieron las puertas y lo becaron.
Partió jugando en el circuito de menores en Chile. Le iba bien, destacaba entre jóvenes que no tenían ninguna discapacidad. Pero a los 16 años casi tiró la toalla.
Pero él sólo pensaba en golf. De hecho, el trabajo que encontró fue precisamente en una tienda de golf. Quise buscar una forma de vivir en torno al golf, pero no era fácil. Desde ahí empecé a trabajar con niños y empujar mi objetivo, que era jugar afuera. Pasó harto tiempo. A los 25 recién jugué mi primer torneo en Europa", relata.
Desde ahí no paró. Viajó por Francia, España, Portugal, Suecia, Italia, República Checa, y muchos más países siendo el único representante de Chile. Jugó en Sudáfrica por primera vez en el 2017, salió penúltimo. "Lo pasé muy mal", dice. El año siguiente lo invitaron de nuevo y ganó en su categoría.
Al borde de la muerte
En el 2019, regresando de un torneo en Europa, Hernán se empezó a sentir mal. Iba al baño y manchaba con sangre. Se preocupó, fue al médico y se realizó varios estudios. "¿Qué está pasando?", pensaba. Le diagnosticaron una colitis ulcerosa. Siete meses se trató en una clínica, después se cambió para un tratamiento mejor porque no estaba funcionando el anterior. Estuvo grave a comienzos de este año. Lo operaron de urgencia para sacar el colon. Tres veces hay que entrar a pabellón para aquello. "Lo pasé súper mal. Me asustaba", cuenta. Perdió más de 20 kilos. Dejó el golf de manera obligada. Se mantuvo con terapia para también cuidar su salud mental con ayuda de fármacos. Mientras tanto, su pasión no lo dejaba solo ni un segundo. "Pensaba en los resultados del PGA Tour, de los chilenos en los torneos, en mi pega", confiesa.
Dice que la deuda es "incalculable" porque sólo firmaba y firmaba para salir adelante. "Cada cirugía son de casi $30 millones. Me operé tres veces, estuve internado más de sesenta días, me tuve que tratar con medicamentos y miles de exámenes", detalla.
Por lo mismo unos amigos le dieron la idea de crear una rifa para juntar plata y pagar todo. Desde dos automóviles, giftcards en restaurantes exclusivos y membresías en gimnasios son algunos premios de esta iniciativa donde los tickets tienen un valor de $10 mil y se pueden adquirir en www.hernangarcia.cl, con el fin de lograr la meta.
"Mi papá tenía miedo de enseñarme golf porque es algo que se juega con las dos manos.
"Cada cirugía costó cerca de $30 millones, estuve internado con medicamentos y me hice examenes".