"No hay espacio para personas que abusan"
Arzobispo Fernando Chomalí habla de su labor y los próximos desafíos con motivo de su décimo aniversario en la arquidiócesis de Concepción.
Con el recuerdo latente del devastador terremoto que azotó a la zona centro sur del país en febrero de 2010, Fernando Chomalí selló su compromiso espiritual con la arquidiócesis de la Santísima Concepción en mayo de 2011. Una década más tarde su labor sigue igual de firme, pero con contingencias totalmente diferentes como la crisis social-política y la pandemia.
Sobre lo que significó para él asumir este cargo, el arzobispo confiesa que "fue un acto de fe en que es la voluntad de Dios para mí y un acto de obediencia al Papa, puesto que eso es lo que prometí cuando fui ordenado sacerdote el año 1991 y consagrado obispo el 2006. Mis metas en la vida no van por la línea de tener cargos, sino que de servir lo mejor posible con los dones que Dios me ha regalado y con mis defectos también".
En esa línea, deja su evaluación sobre su gestión. "Recuerdo que lo primero que hicieron fue llevarme a los templos destruidos (por el 27F). Realmente desolador desde el punto de vista material, pero reconfortante desde la comunidad que ama sus templos y la vida comunitaria. Están casi todos levantados. El esfuerzo ha sido inmenso y mostró que la fe literalmente mueve montañas", manifiesta con orgullo.
Las acusaciones de abusos sexuales en el sacerdocio nacional han remecido también la labor episcopal. Consultado al respecto, monseñor Chomalí deja entrever su repudio a estos hechos y absoluto apoyo a las víctimas.
"Han sido los momentos más duros que he vivido. Pero el timón está firme: se siguen los procesos canónicos como corresponde hasta el final, todos los antecedentes de las denuncias de carácter delictivo van a la fiscalía. No hay espacio para personas que abusan en el sacerdocio. El dolor que implica a las víctimas, sus familias, la comunidad es inmenso y profundo. Estamos trabajando mucho en prevención a todo nivel", afirma.
Conflicto
No han sido pocas las ocasiones en las que Chomalí ha actuado de mediador en conflictos sociales. Por ello, consultado por la situación que se vive en la macrozona en la provincia de Arauco y la escalada de violencia, el clérigo asegura que hay una "deuda" del Estado con los pueblos originarios.
"Estoy en contra de la violencia bajo cualquiera de sus formas, porque no sólo no soluciona nada, sino que engendra muerte y más violencia. El Estado de Chile está en deuda con los pueblos originarios. Esa es una verdad histórica que requiere mucho coraje, magnanimidad, valentía y pensar fuera de esquemas tradicionales para encauzarla positivamente", opina.
Finalmente, se refiere al aumento de campamentos y ciudadanos en extrema vulnerabilidad y, además, sobre los trabajos que se podrían hacer. "Es una situación que habla de la falta de políticas públicas en materia habitacional y una comprensión tardía del efecto migratorio. Obviamente que la situación económica que implicó la pandemia ha acelerado todo. Son temas de largo aliento que se solucionan con políticas públicas con visión de futuro", señaló.
"Han sido los momentos más duros que he vivido, pero el timón está firme y se siguen los procesos.
Fernando Chomalí
500 pesos es el valor del plastificado en Arual (Tomé) y Maná de Dios (Talcahuano).