Galería Pasaje Musalem: ropa y accesorios al alcance de todos
Ad portas de la época de Navidad, los locatarios siguen preocupados por la baja de público y ventas.
La galería del pueblo. Así era conocida antiguamente el tradicional Pasaje Musalem, el cual cuenta con accesos por calles Freire, Caupolicán, Aníbal Pinto y Maipú, y actualmente tiene como administrador a Nelson Cardoza desde 2010. "Contamos con 45 locales, de los antiguos quedan muy pocos, ya que han ido llegando nuevos arrendatarios", comenta.
Pero como en todo el comercio penquista, los vendedores de esta antigua galería son quienes más han sufrido en estos días. Casi todos coinciden en que están de acuerdo con las demandas sociales y las marchas, pero el problema es lo que viene después, por lo mismo, varios locatarios siguen haciendo guardia de noche para evitar cualquier conflicto que comprometa a sus emprendimientos.
Maritsa Burgos tiene su local hace casi 18 años y vende ropa para mujer. Afirma que nunca había estado tan complicada económicamente como lo está hoy. Dice que antes, en este mismo mes, se proyectaba para enero y febrero. Hoy, confiesa que ni siquiera le alcanza para invertir a diario. "Antes estaba la posibilidad de hacer pedidos diariamente, pero con lo bajo de las ventas y las deudas acumuladas es casi imposible. La gente también se restringe más, ya que el bolsillo tampoco aguanta, así que una de las medidas que tomé fue bajar los precios".
En el local abundan blusas, pantalones, pañoletas, todo desde los $3.000 hacia arriba. Incluso cuenta con un pequeño canasto que contiene productos a solo $500. "Considero que es ropa buena y de calidad, y por supuesto a muy buen precio", sostiene.
Otra vendedora es Inés Marchant, quien ofrece lencería y otros trajes para noches de boda. También accesorios y ropa de niño, pero asegura que se están enfocando más en ropa interior y de noche. "Los precios varían entre los $16.000 y $20.000 en cuanto a trajes, tenemos bodys a $7.000, corsé, fajas, casi todo especial para época de licenciatura", dice.
Ambulantes
Algo que todos los locatarios han alegado es la coexistencia con el comercio ambulante irregular, ya que a diferencia de ellos, no pagan ni arriendos ni patentes. "Están por todo Aníbal Pinto y Caupolicán, entonces la gente compra ahí y prefiere no entrar. Da mucha rabia, porque una está llena de deudas y cuentas sin pagar y ellos no", cuenta Burgos.
Ester Ramos, quien tiene su bazar donde ofrece artículos para casa, ropa para niños y otros productos, dice que este mes ha sido difícil para ella, ya que pensó en cerrar su local debido a la baja de público. "El alcalde no ha dado ninguna solución concreta, solo extender el plazo para que podamos pagar y eso no sirve de nada, ya que son deudas que se van acumulando. Prácticamente estamos trabajando para pagar arriendo y patente", confiesa.
"Esta pyme comenzó hace ya casi tres años y los primeros días fueron terribles. A eso hay que sumarle que los vendedores ambulantes se están llevando toda la clientela y ellos no pagan nada. Es totalmente injusto. Por último deberían darnos una ayuda económica para solventar gastos y deudas", agregó.
Otro descontento es la seguridad que entregó la municipalidad. "No hacen nada, nos sentimos igual de inseguros", indicó.