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Pádel: la disciplina que cada día cautiva a más y más penquistas

Exponentes destacan beneficios de este deporte pariente del tenis que ha ido creciendo en la región.
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Germán Palma

Términos como "pala", "globo", "rebote", "muñequera", "slice" y "volea", cada vez se usan con más frecuencia entre los penquistas amantes del pádel, disciplina deportiva que cada día suma nuevos adeptos. De hecho, es común ver canchas de esta especialidad que, de manera exponencial, se han instalado en el Gran Concepción, sumando alrededor de 70.

Lo mejor es que su práctica, ya sea al aire libre o bajo techo, es inclusiva pues permite que jueguen hombres y mujeres, con y sin situación de discapacidad y dada su dinámica, proporciona bastantes beneficios a la salud.

Hay versiones que señalan que este deporte nace en Acapulco, México en la década de los 60, pero sólo en los 90 llega a Chile, particularmente a Reñaca, donde en aquellos años era novedoso ver a turistas argentinos practicarlo en canchas de cemento.

Con técnicas provenientes del squash, tenis y racquetball, para jugarlo sólo se necesita de una "pala" (paleta), una pelota de goma y una cancha con dimensiones reducidas y rodeada de paredes de vidrio que actúan como frontón. El resto, son ganas de jugar y pasar un rato agradable.

Aunque en circunstancias especiales puede practicarse uno contra uno, es un deporte esencialmente de parejas y consiste en que, con un solo golpe, la pelota pase a campo contrario por encima de la red, siendo permitido su rebote contra las paredes.

Se juega al mejor de tres sets y gana la pareja que obtenga mayor puntaje. Si se produce un empate a seis, se ejecuta un tie-break, y si hay empate a un set, se podrá jugar el tercero hasta que una de las duplas consiga dos juegos de ventaja. Pero, ¿qué tiene el pádel que cada vez atrae a más penquistas?.

Constanza Coronado, egresada de Educación Física de la Universidad de Concepción y actual instructora de pádel, explica que "aporta mucho a las personas que lo practican, porque se trabajan distintas cosas, tanto en el aspecto físico, como psicológico, por ejemplo las habilidades motrices, tolerancia a la frustración y los deseos de subir el nivel, mejorar los golpes, buscar estrategias. Entonces es un deporte bastante completo en cuanto a un desarrollo integral".

Dada la dinámica de juego, el pádel entrega beneficios directos a la salud de quienes lo practican, pero siempre tomando los debidos resguardos. "Al estar la pelota siempre en movimiento, la musculatura se trabaja de manera constante y sostenida, tanto en el tren inferior como superior. Es muy necesario realizar un esquema que contemple trabajos pre competitivos antes de iniciar el juego, para evitar desgarros, esguinces y otras lesiones musculares", explicó el kinesiólogo, Paulo Palma.

Impresiones

Pablo Veloso (43), periodista penquista y amante del pádel, comenta que "me sirvió mucho después de una cirugía que me realizaron, porque fue el único deporte que pude hacer. En pandemia fue muy útil, ya que por sus características permitía mantener una distancia social y aforo adecuado, cualidades que, en resumen, originó el crecimiento de los clubes", expresó.

"Es un deporte completo, en el cual trabajas todo tu cuerpo, además de la mente. Es tal el dinamismo que en ningún momento puedes estar detenido y desprevenido, no hay pausas, debes estar alerta, activo en cada punto y la concentración debe ser máxima. En resumen, es una excelente actividad que vino a beneficiarnos a todos", señala Héctor Beltrand (49), quien se autodenomina "futbolero de corazón", pero cada vez más "padelista".

"Por años he jugado fútbol, sobre todo en el barrio; sin embargo, desde que conocí esta disciplina llevo practicándola una vez a la semana junto a amigos y colegas. Estoy muy entusiasmado", añade.

Hugo Neira (43) es otro seguidor de este deporte. "Lo juego constantemente en Concepción y Chillán y siempre quedo con la misma sensación de bienestar. Amo el fútbol, de hecho lo juego tres veces a la semana, pero el pádel cada vez gana más espacio en mis rutinas", asegura.

Agustina Cruz (14) y Catalina Palma (16) son primas y amigas y, desde un par de meses, dupla de pádel, el que practican a lo menos una vez a la semana. "Nos divertimos jugando, ya que es muy entretenido y nos llevamos súper", comenta Catalina, mientras Agustina señala que lo que más le gusta es ir conociendo gente y aprender día a día técnicas de defensa y ataque, para ser así más eficiente en el juego. "La Cata tiene buen saque y eso lo aprovechamos para ganar los puntos. Mi fuerte es el juego desde el fondo de cancha", destaca.

En materia de mixtos, el matrimonio Laplagne-Matamala nos cuenta su experiencia. "Siempre jugué tenis, me gusta mucho; pero desde que mis hijas (Macarena y Valentina) me contaron acerca de este deporte, con mi esposa lo comenzamos a jugar de manera frecuente e incluso se han ido sumando mis yernos y sobrinos con sus respectivas parejas", comenta Héctor, mientras su esposa Isabel agrega que "es muy grato hacer este tipo de actividades junto a la familia, ya que nos reúne y nos posibilita compartir en torno a una actividad física".

La liga

A tal punto es el interés por la disciplina, que este año se formó la liga regional "L1P Biobío", que fue capaz de reunir cerca de 1.200 afiliados y que, según su presidente, tiene como objetivo dar una estructura adecuada a la práctica del deporte.

"Veíamos como el 2022 crecía el interés por jugarlo, pero sin un camino claro de hacia dónde apuntaba. Fue así que en conjunto con un ranking regional, iniciamos un formato de competencia que se divide por fechas y categorías", explica Matías Moraga, cofundador de la L1P. "Este año hubo un aumento considerable en cuanto al nivel de los jugadores, acortando la brecha con ciudades que llevan más tiempo practicando pádel".