Desastre va a significar pérdidas millonarias
Cálculo estimado con hectáreas quemadas en la región sería superior a US$1.800.000.
Un total de 197 mil hectáreas se han quemado por los incendios forestales en la región del Biobío, de acuerdo con el último informe entregado por la Delegación Presidencial del Biobío.
En ese sentido, La Estrella consultó a la Corporación Nacional Forestal (Conaf) Biobío y a la Corporación Chilena de la Madera (Corma) respecto a cuánto es el valor estimativo de una hectárea en promedio, con el fin de obtener un cálculo de pérdidas totales según el total de hectáreas quemadas.
Solo Corma respondió con números e indicó que "varía según la zona, pero entre 3 y 6 millones solo el suelo. No obstante, si tiene bosque plantado y eso se quema, equivale a 7,5 millones de pesos (dependiendo del daño)".
La Estrella realizó el cálculo con este último dato, bajo el supuesto de que todas las hectáreas quemadas son bosque plantado, lo que significa que si una hectárea consumida equivaldría a una pérdida de 7.5 millones de pesos, 197.000 significarían aproximadamente US$1.800 millones. Esta cantidad de dinero se puede manejar en grandes compañías, mercados y multimillonarios, además de organizaciones como el Fondo Monetario Internacional que puede aprobar préstamos a países.
No obstante, tanto Corma como Conaf han trabajado e invertido en prevención de incendios temporada tras temporada.
Desde Conaf Biobío se indicó que "son 700 millones para prevención: campañas de prevención, cortafuegos, comunidades preparadas, etc".
Corma
Desde Corma se señaló que "las empresas forestales socias de Corma trabajan en forma permanente en prevención y especialmente este último año, ante el anuncio de condiciones climáticas extremas, se realizó un programa especial que comprendió la mantención de 20.630 km de cortafuegos y se construyeron 377 km nuevos de cortafuegos, así como manejo silvícola preventivo, entre otras acciones. Para esta temporada se han invertido 12,7 millones de dólares exclusivamente en prevención".
En ese trabajo directo con vecinos se considera la prevención social, basado en acciones preventivas, educación en prevención de incendios y una reacción coordinada. Otra área es el bosque autoprotegido, relacionado con evitar eventuales situaciones de riesgo en los territorios. Por último, se invierte en la reacción coordinada en emergencias.
El presidente de Corma Biobío y Ñuble, Alejandro Casagrande, manifestó que es inevitable un aumento de recursos en prevención, año tras año, si no se empiezan a realizar cosas diferentes.
"Creemos que el camino es trabajar intensamente la prevención de los incendios, quizás hay que robustecer el sistema de combate, pero el foco tiene que estar en la prevención de incendios y no solamente como Corma, sino como país", dijo.
Casagrande señaló que "la primera gran medida es disminuir la ocurrencia y la intencionalidad de incendios, por eso valoramos la implementación del Estado de Excepción de Catástrofe".
Por otra parte, dijo que "debemos trabajar el paisaje, el territorio rural, porque en el territorio rural convergen múltiples actores y creemos que se tienen que revisar, evaluar y definir acciones en que estén todos los actores del territorio rural y también de la interfaz. Tenemos que generar un territorio y paisaje mucho más resiliente y sostenible, que incorpore el riesgo de los incendios".
Finalmente, señaló que esta labor debe ser descentralizada, desde y para los territorios.