El cochayuyo es el alga que más se explota en el Biobío
La situación con respecto a estas algas se ha vuelto bastante compleja, sobre todo en el norte del país, donde la demanda ha subido durante el último tiempo. En la región del Biobío, la cosa es menor, pero existe extracción.
Durante las últimas semanas, la situación con respecto a la explotación del bosque azul que se encuentra en el mar se ha vuelto un motivo de preocupación para los expertos. La Estrella se comunicó con dos especialistas en la materia para conocer la situación del Biobío, donde el cochayuyo sería la especie más arrasada.
"Las algas pardas forman praderas muy importantes en algunas zonas, pero en específico, el cochayuyo es el que más se explota acá", aseguró Ricardo Norambuena, investigador de COPAS Coastal UdeC, complementando que "esa ha sido la triste historia de los recursos naturales, obviamente, tiene que ver por la alta demanda, y el cochayuyo, por ejemplo, tiene mucha, tanto interna como externa".
Bajo la misma línea, el ficólofo de la Universidad de Concepción, Erasmo Macaya comentó que "en el Biobío si se está dando la extracción, pero a qué niveles, no lo tenemos claro".
"Hemos visto camiones que van cargados de algas pardas, con el objetivo de ser exportadas", agregó.
Macaya señaló que "hoy en día, existe mucha demanda, y las características de las costas chilenas hacen que ese alginato que tienen las algas sea de buena calidad, entonces, la demanda aumenta".
Esto sería por la riqueza de los compuestos químicos que tienen las algas pardas, los cuales son altamente valorados.
"El alginato es un espesante que tiene una serie de aplicaciones farmacéuticas, industriales y cosméticas, también en la alimentación, por ejemplo, sirve para hacer vino y cerveza", explicó Macaya.
Asimismo, el ficólogo señaló las especies que se encuentran en la región. "En Biobío tenemos varias especies como el huiro palo, negro, canutillo, y si se incorpora el cochayuyo serían cuatro", aseguró.
Por su parte, Norambuena comentó que "es complicado el tema de la explotación, porque realizar esta acción desde su sistema es algo de cuidado, porque si se rompe el equilibrio no se deja lo suficiente para la renovación".
No obstante, el investigador de COPAS cree que en la región no existe una alta demanda como en otros sectores del país.
"En la región del Biobío no ha sido tanto la demanda, porque tienen todavía de dónde sacar en el norte, pero ha sido grande la demanda y la explotación de estos organismos", afirmó.
Cuidado y proyectos
Al consultar sobre la importancia del cuidado de este recurso, Macaya puntualizó que "son zonas de protección, brindan un lugar para una serie de individuos, muchos organismos viven ahí, se alimentan, entonces, el valor ecológico que tienen como pilar fundamental para la biodiversidad es importante".
No obstante, en el Biobío no se conoce mucho de este campo.
"En general, nosotros no estudiamos mucho los bosques, de hecho, en general en Chile y de lo que se sabe de los bosques está mucho más estudiando en el norte o el sur", indicó.
Lo bueno es que de a poco comienzan a aparecer los proyectos para adentrarse en este bosque.
"Hace poco nos ganamos un proyecto para poder estudiar la ecología de los bosques acá en la zona, y ahora vamos a poder acercarnos al tema, porque claramente, hay una extracción, la cual existe y es desmedida", afirmó.
Por otro lado, Norambuena se refirió a la complementación de los saberes locales con los científicos a la hora de cuidar y no explotar las algas.
"Las personas conocen el recurso de la zona y la ciencia puede ser un aporte constante, hay que conversar y sacar conclusiones", señaló, agregando que "pero la base del cuidado es de quienes operan y explotan esas algas, y estos recursos son los que menos regulaciones tienen".
"Hay que recordar que antes se decía que el mar era una fuente inagotable de recursos, pero no es así, son agotables. Entonces, si este recurso está siendo explotado, necesita medidas y ahí es importante sentarse a conversar", finalizó.
4 especies de huiro existen en la zona. El palo, negro, canutillo y cochayuyo.