Estaciones Ferroviarias de San Pedro de la Paz
Con la inauguración del Puente Ferroviario en 1889 se da origen a la línea que conducía el ferrocarril desde Concepción a Curanilahue y a la apertura de una serie de estaciones en la ribera sur del río Biobío.
Al término de la Guerra del Pacífico, y en el gobierno de José Manuel Balmaceda, se implementa una política de gasto público, que va a dar origen al desarrollo industrial del país. Entre las obras que Balmaceda desarrolla en su época, se encuentran la canalización del río Mapocho, el puerto de San Antonio, el reforzamiento de la Armada de Chile, más mil kilómetros de ferrocarril, la inauguración del puente ferroviario sobre el río Biobío y el viaducto del Malleco, entre otras. Obras que pondrán en marcha los campos trigueros de Arauco y la movilización a vapor de todo el centro y sur del país.
En 1889 llega a la zona el presidente Balmaceda a inaugurar nuestro puente ferroviario, el más largo de América Latina para aquel entonces, y deja, además, en ciernes, la idea de la construcción de los diques de Talcahuano, obra que se implementará años después. Junto al viaducto se elabora el tendido de un ferrocarril que va a unir los yacimientos carboníferos de Curanilahue, Lota y Coronel, con los puertos y ciudades de la zona para transportar este mineral que permitirá echar a andar la Empresa de Ferrocarriles del Estado, la Armada Nacional, buques de carga, tanto de empresas nacionales como extranjeras, y movilizar, a su vez, las maquinarias a vapor de la época, generando lo que se llamó la revolución industrial, a la que nuestra región no estuvo ajena, surgiendo poco a poco un polo de nuevas industrias, tanto en Concepción como en las comunas aledañas.
Junto con la inauguración del puente ferroviario se da origen a la línea que conducía el ferrocarril de Concepción a Curanilahue, y se inauguran también una serie de estaciones en la ribera sur del río y paralelas a esta vía férrea. Entre las estaciones destacan la Estación Biobío, Estación Lomas Coloradas, Estación Escuadrón, Estación Coronel y Estación Lota, las que conforman el primer trayecto de Concepción al sur.
En un documento levantado en 1940, con motivo de la elaboración de la tasación del costo de las diferentes estaciones a 50 años de la puesta en marcha del ferrocarril Concepción-Curanilahue, se valoriza el precio que tendría el ferrocarril junto a su mobiliario ferroviario, lo cual nos entrega la siguiente información de la época: Para la Estación Biobío, manifiesta que cuenta con una construcción de ladrillo estucado, con cadena de concreto armado, cubierta de pizarreño y galerías interiores en un edificio nuevo. Andenes para pasajeros con muros de concreto al costado de la vía, mientras que en la parte trasera esta sería de madera, sin pavimento.
El jefe de estación contaba con una casa con rejas de madera en buen estado. La casa bombas estaba edificada en madera con forro tinglado, con una cubierta de fierro galvanizado, en regular estado y sin piso. Poseía, además, un cuarto de herramientas, también de madera tinglada, cubierta con fierro galvanizado y en buen estado.
Contaba la estación, además, con una casa para dos cambiadores, la que estaba construida de madera con forros exteriores tinglados, una cubierta de tejas, piso de tablones, todo en regular estado. En la estación existía un cuartel de Carabineros, descrito como un edificio de madera montado sobre pilotes de roble, con forro de madera tinglada, con interiores, cielos y pisos hechos de listones, con una cubierta de fierro galvanizado, todo en muy buen estado. Adosadas a la estación existían unas caballerizas y forraje, confeccionadas en madera con forro tinglado y cubierta de fierro galvanizado, todo en buen estado. Con una plataforma de durmientes en regular estado. Poseía también, un corral para animales sin pavimento y con cielo de postes de durmientes con 8 hebras de alambre de púas y mangas de durmientes viejos. El costo total de las instalaciones de la Estación Biobío ascendía a la suma de 135 mil 100 pesos de la época.
A su vez, la Estación de Lomas Coloradas, contaba con un edificio para el jefe de estación, construido con ladrillos estucados con cadenas en concreto armado, cubierta de pizarreño y una pieza suplente en el segundo piso. El edificio se encontraba en buen estado y contaba con andenes con muro al lado de la vía y madera en la parte de atrás, tenía a su vez una casa para el cambiador y guardavía, la que estaba construida en ladrillo estucado, con cadena de concreto armado y cubierta de pizarreño, todo nuevo. Poseía dependencias para horno y víveres en madera tinglada, cubierta con tejas. Un cierre de reja exterior en madera que la delimitaba. Contaba, además, con una garita para herramientas hecha de madera tinglada y cubierta de tejas, en buen estado. Las garitas para los cambiadores eran de tipo corriente. El costo de la Estación de Lomas Coloradas ascendía a 195 mil 648 pesos de la época.
Junto a la puesta en marcha de las estaciones ferroviarias, se iba generando en su entorno una conurbación que le va a dar sentido a la existencia de ésta. Por ejemplo, la Estación Biobío y Estación Lomas Coloradas se encontraban cerca de todos los huerteros y chacareros que a fines del siglo XIX y comienzos del XX movilizan productos que se vendían en Concepción y la zona, traídos por los mismos agricultores que utilizarán el tren para llegar a la ciudad con sus productos. En el caso de Estación Escuadrón, cabe destacar que existía allí el fundo Escuadrón, que poseía un aserradero que entregaba maderas para el apuntalamiento de las minas de Lota, Coronel y Curanilahue. Así como se fue extendiendo el ferrocarril y conectando lugares, una serie de pueblos surgieron alrededor de la línea férrea y San Pedro no estuvo exento, ya veremos de qué manera se va expandiendo a medida que nuevas industrias se van apostando en la hoy comuna, y cómo esa presencia va marcando un desarrollo habitacional que fue creciendo poco a poco y que tiene hoy su mayor expresión.
"El jefe de estación contaba con una casa con rejas de madera en buen estado.
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