Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Clasificados
  • Tiempo Libre
  • Estrellas

Una de cada 10 personas ha leído todo el borrador de la Constitución

E-mail Compartir

La encuesta Pulso Ciudadano de la segunda quincena de mayo reveló ayer que apenas el 10,5% de la población declara que ha leído completamente el borrador de nueva Constitución, presentado por la Convención Constitucional hace unas dos semanas.

Según el sondeo, aplicado a 1.015 personas, un 46,9% declara que solo ha leído algunos artículos y un 42,6% declara que no ha leído nada.

De quienes han leído todo o parte del borrador, el 46% considera que es peor que la actual Constitución, un 13,2% la ve igual y un 32,9% la estima mejor que la actual. Un 7,9% no sabe.

Del total de entrevistados, el 45,2% dice que piensa votar Rechazo en el Plebiscito de Salida del 4 de septiembre, lo que es 0,3 puntos menos que lo que decía en la primera quincena de mayo.

En tanto, el 28,5% de los consultados dijo que estaría por votar Apruebo, lo que implica un alza de 1,4 puntos respecto a la medición anterior; y un 26,3% afirma que todavía no lo decide.

Ayer la oposición reclamó contra el Gobierno por un video sobre el Plebiscito llamado "Hagamos Historia". "Las dos opciones están puestas en el mismo tenor, la gente tiene todo el derecho de votar Apruebo o Rechazo, pero nuestro deber como Gobierno es poder informarle a las personas que están estas opciones y cómo se fueron construyendo las otras constituciones", defendió en CHV el ministro Giorgio Jackson.

Usarán las mascarillas desechadas en malls para fabricar utensilios plásticos

Proyecto liderado por la Universidad de Concepción reciclará barbijos en cuatro centros comerciales y los someterá a proceso para crear desde bandejas hasta maceteros.
E-mail Compartir

Diego Gotelli C.

Solo cinco horas tardaron los clientes de un mall de Concepción en repletar un contenedor de mascarillas usadas, que fue instalado en el recinto como parte de un proyecto que busca reutilizar los barbijos desechados en Chile convirtiéndolos en utensilios plásticos.

La campaña es liderada por la Universidad de Concepción, que suscribió un convenio con Grupo Marina para recolectar en cuatro de sus centros comerciales los cubrebocas que los clientes hayan dejado de utilizar, a fin de darles una segunda vida útil.

Para lograrlo, la semana pasada se habilitaron contenedores en distintos puntos del Mall Curicó, del mall Centro Concepción, del mall Marina, y del Mall Barrio Independencia, los que en cosa de horas recepcionaron decenas de mascarillas que serán procesados y reconvertidos en elementos requeridos en los recintos. Preliminarmente se estudia la idea de fabricar con ellos bandejas para los patios de comida.

"El planeta necesita un cambio y todos debemos ser parte de la acción. Buscarle una segunda vida a los cientos de mascarillas que usamos a diario es un aporte para cuidar el lugar donde vivimos", comenta Carla Ratto, gerenta de marketing del holding.

Los desechos recolectados en los centros comerciales serán trabajados por la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT) de la universidad penquista, centro de innovación que desde el año pasado se ha dedicado a reconvertir los barbijos usados en diversas ciudades del país.

Carla Pérez, jefa del proyecto de reciclaje de mascarillas de la UDT, cuenta que a la fecha ya han reciclado más de 2 millones de tapabocas, fruto de la recolección de casi 10 millones de toneladas de barbijos usados.

La transformación

La investigación sobre la reutilización de mascarillas comenzó apenas iniciada la pandemia, señalan los integrantes del proyecto.

A mediados del 2020 los investigadores de la casa de estudios comenzaron a indagar el segundo uso que se le puede dar al elemento, el que se estima produce unas 170 toneladas de residuos al día en el país dada su rápida eliminación tras el uso.

Luego de investigar un año y obtener certificaciones de la autoridad sanitaria, durante el 2021 comenzaron a producir objetos con los residuos de los barbijos.

Pérez explica que con el tiempo han suscrito convenios con entidades que les mandan los barbijos recolectados para ellos someterlos a un proceso de reciclaje compuesto de cinco pasos, varios de los cuales incluyen exponerlos a altas temperaturas para eliminar rastro del virus.

Primero pasan por una desinfección, donde las mascarillas son sometidas a temperaturas que superan los 100° C. Luego se seleccionan para evitar que se pase algún desecho de otro tipo, y después se muelen las unidades retirando los clips metálicos nasales que contienen. Posteriormente el material es convertido en una especie de pellet que se usa como materia prima para fundirlo en moldes de los objetos a fabricar.

Uno de los productos más fabricados son maceteros, los que venden en la casa de estudios y a través de su sitio web, pero afirman que las posibilidades son amplias.

"Las mascarillas están hechos principalmente de polipropileno, que es uno de los plásticos más usados. Se usa en basureros, palas, baldes, sillas de terraza. Hay una posibilidad cierta de elaborar distintos productos", dice Pérez.

A la fecha el proyecto ha alcanzado acuerdo con más de 80 instituciones, que incluyen colegios, municipios, gobiernos regionales, empresas, y el Biotrén que habilitó contenedores en las estaciones Los Canelos, Cristo Redentor, Laguna Quiñenco y Coronel.