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Aislamiento, estrés y normalidad: ¿Qué hay tras el boom de venta de entradas para conciertos?

Especialistas explican que más allá de fanatismos, los hechos se explican en el encierro. "El riesgo de la conducta impulsiva, es que nos predispone a reacciones y toma de decisiones no planeadas", advierten.
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Ignacio Silva

En tiempos en que los tickets para conciertos se venden a través de internet, puede que no haya una muestra de fanatismo más clara que lo que sucedió la tercera semana de mayo con Daddy Yankee.

El emblema del reggaetón, que en septiembre vendrá con su gira de despedida a Chile, no sólo provocó que el sistema de preventa de sus entradas fallara, sino que además su show se vendió tan rápido que forzó a sumar otras dos fechas que se agotaron en cosa de minutos.

Lo del puertorriqueño, sin embargo, no es un caso aislado: en el último mes, otros artistas como Bad Bunny, Coldplay, Harry Styles, Marco Antonio Solís e incluso André Rieu han vendido a una velocidad inusitado las entradas para sus conciertos en Chile, haciendo que fenómenos como el de las filas virtuales en los sitios de las ticketeras sean ya comunes.

Karina Pérez Plaza, psicóloga del Grupo Cetep, explica que la situación podría tener su raíz en la pandemia y, en particular, en los largos meses de aislamiento, cuarentenas y otras medidas sanitarias.

"Desde luego, dentro de los estresores del periodo que hemos vivido con las cuarentenas está la sensación de frustración y la angustia. Este fenómeno de venta de entradas forma parte de una expresión por la cual probablemente se está materializando en lo concreto esa afectación propia del período de confinamiento por la pandemia", argumenta.

La especialista señala información obtenida por el Estudio Longitudinal Sobre la Vida Cotidiana en la Crisis del COVID-19, que explora la experiencia de la población chilena durante la crisis sanitaria, revelando que la angustia es una emoción sentida en pandemia mayormente por generaciones jóvenes e intermedias.

"Eso nos lleva a pensar que estas expresiones masivas de búsqueda de espacios de distracción, entretenimiento, y de encuentro social parecen propios de la necesidad de recuperar esas actividades y experiencias que la pandemia frustró", apunta.

Similar es la opinión de Ricardo Bascuñán, psicólogo y académico de la Universidad Central que hace hincapié en el efecto catártico que puede llegar a tener la música en las personas.

"Psicológicamente hablando, la música tiene un efecto catártico en el sentido de que facilita la expresión emocional. En esa perspectiva, la música tiene que ver no solamente con que nos produce bienestar, sino que también nos facilita procesar ciertas emociones", dice el especialista. "Sin duda que el confinamiento nos tuvo detenidos en términos de no poder hacer cosas, por lo tanto el asistir a conciertos se ha transformado en una muy buena "terapia" para algunas personas, en particular porque permite no tan solo facilitar la expresión emocional, sino también liberar la tensión y el estrés que hemos ido acumulando en estos dos años de confinamiento"

Bascuñán también repara en otra arista: lo cotidiano que resulta para una parte de la población el asistir a este tipo de eventos.

"Para muchos, asistir a eventos masivos forma parte de su estilo de vida. Entonces ahí, además de esta liberación de emociones y de estrés, también hay un estilo de vida que se ha ido retomando y que tiene que ver con el asistir a espectáculos masivos", comenta.

Intensidad

Karina Pérez menciona además que dentro de los efectos que ha ocasionado la pandemia y que se relacionan con el boom de venta de entradas se encuentran "conductas y manifestaciones en una intensidad poco frecuente".

"Dentro de las manifestaciones psicológicas de mayor frecuencia que aparecen en los consultantes a propósito del confinamiento se encuentra la irritabilidad, la angustia, la impulsividad, sintomatología depresiva y ansiosa, estrés y agotamiento emocional. A nivel de observación psicológica de los cambios en el comportamiento expresado en estos fenómenos, estos podrían dar cuenta de manifestaciones impulsivas y precipitadas en las personas", explica la especialista.

-¿Se ve algún tipo de riesgo en esta actitud para las personas?

-El riesgo de la conducta impulsiva a propósito de las dificultades para inhibir la respuesta a un estímulo, es que nos predispone a reacciones y a la toma de decisiones no planeadas, donde no se tienen en cuenta las consecuencias negativas, por lo que en ocasiones aparece un monto significativo de frustración en la persona al no percibir un resultado satisfactorio y/o un cumplimiento de las expectativas iniciales.

"Psicológicamente hablando, la música tiene un efecto catártico que facilita la expresión emocional.

Ricardo Bascuñán, psicólogo y académico U. Central