Del agua y viento al barro: el drama de los campamentos
Familias lo pasan mal por estos días de lluvia en el Gran Concepción. Anhelan soluciones habitacionales.
Cada vez que las lluvias se dejan caer con fuerza en el Gran Concepción, como ocurrió ayer durante gran parte del día, los más perjudicados son quienes viven en tomas y campamentos. El riesgo de inundación de sus casas se vuelve patente, sumado al fuerte viento y al frío, y peor aún, el barro, lo que aparece acto seguido en las afueras de sus casas.
Inconvenientes que complican a cientos de familias que hoy se encuentran en esa condición, quienes se las arreglan para tratar de estar lo mejor posible.
Así lo viven, por ejemplo, en el campamento ubicado en el sector Salinas de Talcahuano, donde ayer literalmente estaban con el agua hasta el cuello.
"Es cosa de venir acá para ver como estamos, ya hay como diez casas inundadas, hemos intentado hablar con el municipio, pero no hemos tenido ninguna respuesta. Acá hay 57 familias y entre nosotros nos arreglamos para evitar que nos inundemos. Pero ahora con las lluvias el agua se metió a algunas casas, se perdieron juguetes de los niños que quedan afuera. Y el problema viene después, porque quedan los charcos de agua, el barro, que no nos deja ni salir", expresa Yoya García, dirigenta de dicha toma.
"Ojalá no siga lloviendo, para poder hacer algunas zanjas y evitar que el agua se meta a las casas", agregó la dirigenta.
En Lenga, Hualpén, donde existe otro campamento desde hace poco más de un mes, las mismas familias han debido irse a casa de familiares para protegerse. "Afortunadamente no nos ha afectado tanto, hay varias casas armadas, donde estamos ubicados no tenemos problemas con que se nos inunde, y tenemos una sede para refugiarnos. Eso sí, no todos se quedan acá, es que si nos quedamos acá, es un riesgo para los niños. Nos vamos rotando para estar acá", expresó Yesenia Araneda, una de las dirigentas de dicha toma.
Lo que sí afecta es que las pequeñas construcciones que se están armando, deben protegerlas como pueden. "Muchas de las casas que se están levantando están a medias, sin los techos, entonces hay que cubrirlas con nylon para evitar que el agua moje los pisos y los humedezca", añadió la fuente de dicho campamento, donde residen cerca de 70 familias. "Estamos esperando que pase el mal tiempo para seguir construyendo", agregó.
Factor común
Una de las voces que se repite entre las familias es el anhelo de una pronta solución habitacional, pues hay quienes inclusos tienen subsidios aprobados, pero no los pueden hacer efectivos por distintos motivos.
"Si bien acá llegamos como una toma, hoy contamos con un permiso municipal de uso de suelo durante dos años, hasta que se concrete una solución habitacional. Acá tenemos el uso en regla, tenemos luz eléctrica, la que pagamos como corresponde, de hecho todo el proyecto de instalación de la luz lo pagamos nosotros, cerca de 10 millones, lo pagamos entre todas las familias", expuso Yoya García, del campamento Las Salinas, donde residen cerca de trescientas personas.
"Acá vamos a estar hasta que tengamos una solución habitacional definitiva, ya sea este terreno u otro lugar", agrega.
Misma espera que tienen en la toma de Lenga. "Hasta ahora no hay una solución concreta, no hay una mesa de trabajo, así que por ahora debemos hacer algo para poder estar acá, esta es una lucha por una vivienda, por el terreno, ya estamos acá, esperando una solución definitiva, pero por ahora no hay nada", apuntó la dirigenta de dicha toma hualpenina.
"Tenemos un permiso para usar el terreno por dos años, a la espera de una solución definitiva".
Yoya García, Toma Las Salinas.