Puente Viejo: primera vía carretera sobre el Biobío
Desde mediados del siglo XX, el antiguo viaducto sirvió para conectar por carretera a Concepción con la zona al sur del río Biobío, soportando los terremotos de 1939 y 1960, hasta completar su vida útil.
En su nacimiento, el llamado "Puente Viejo" surgió por la imperiosa necesidad de vincular a la zona de Arauco y el carbón con la ciudad de Concepción, para cubrir las necesidades de transporte de personas y mercaderías, dado que el Puente Ferroviario en servicio no satisfacía todos los requerimientos existentes entre ambas áreas geográficas. A eso se sumaba que el ferrocarril a Curanilahue era de propiedad de una compañía particular.
En 1930, el entonces alcalde Zenón Urrutia Manzano, buscaba unir Concepción con la ribera sur del río Biobío. Es así como en 1934, el Presidente de la República, Arturo Alessandri Palma, le entregó al ingeniero Enrique Curti Cannobio un decreto de concesión para la construcción de un puente carretero sobre el río Biobío. Esta fue la primera vez que en Chile se intentó levantar mediante un sistema de concesiones una obra de este tipo, estando su primera etapa a manos de una sociedad anónima gestionada en base a acciones y formada por los vecinos Enrique Curti, Guillermo Otto, Pablo Haristeguy y Juan Jackson, quienes reunieron los capitales necesarios para iniciar los trabajos en el verano de 1934.
La obra no llegó a término, dada la escasez de recursos de quienes estaban a cargo del proyecto, lo que obligó a que el Estado, a través del Ministerio de Obras Públicas, concluyera su construcción en abril de 1943, siendo inaugurado el 15 de mayo del mismo año.
Su estructura original estaba constituida por vigas metálicas del tipo atirantadas y un tablero de madera con 90 cepas, que se sustentaban sobre pilotes de troncos de eucaliptos, en cuyos cabezales se utilizó un total de 47 mil toneladas de hormigón.
Características
El puente constaba con 1.419 metros de largo, y 7 metros de ancho, convirtiéndose en su época en el puente carretero más largo de Chile y uno de los más extenso del mundo. Con una vía por cada lado, poseía veredas peatonales estrechas con sus debidas barandas de protección. Fue construido para soportar todo tipo de vehículos, salvo grandes camiones.
Posterior a su inauguración, el intendente Armando Alarcón del Canto logró reunir, con la colaboración de los vecinos, el comercio y la industria, una considerable suma de dinero para la instalación del alumbrado, así como la pavimentación del puente, para lo cual el Fisco se comprometió a colaborar, doblando la suma recaudada. Descontados pequeños gastos, la suma reunida fue de $50.062 con 35 centavos. De manera tal, que el sector público aportó $100.124. con 70 centavos, monto con el cual se pudo realizar la obra proyectada.
A lo largo de los años de vida útil, el Puente Viejo experimentó varias reparaciones y transformaciones menores. En 1956 los tablones de madera de roble pellín, que conformaban la carpeta de rodado, estaban ya quebrados y peligrosos para el uso, por lo que fueron reemplazados por vigas de acero, y una losa de hormigón de 14 centímetros de espesor. Un par de años más tarde, el terremoto de 1960, dañó el cabezal norte del puente, estructura que demoró en repararse y que produjo una interrupción del paso vehicular hacia San Pedro y el resto de las comunas hacia el sur.
La terminación de este puente carretero trajo como consecuencia un gran movimiento entre los sectores vecinos, tales como San Pedro, Coronel y Lota, cuyos terrenos adquirieron un gran valor, aumentando su plusvalía gracias a esta vía de comunicación.
El Puente Viejo completó su vida útil en 2006, año en que, luego de un detallado estudio, se llegó a la conclusión de impedir tanto el paso peatonal como vehicular, debido al riesgo inminente que experimentaba la estructura.
Durante 63 años el viaducto se mantuvo incólume, sirviendo a la comunidad que lo vio nacer, soportando los embates de los terremotos de 1939 y 1960, cediendo finalmente su estructura al violento mega sismo del 27 de febrero de 2010. Hoy, el Gran Concepción cuenta con una serie de puentes, que vinieron a reemplazar la antigua estructura caída y que han permitido contar con una vía expedita para la circulación de todo tipo de transportes que recorren ambas riberas, generando prosperidad a toda la zona.
Como recuerdo de este antiguo puente carretero, quedaron en sitio estructuras de ambos cabezales, tanto al sur como al norte, los que nos recuerdan el lugar, esfuerzo, trabajo y voluntad de una comunidad que conectó las dos riberas del río más ancho de Chile, en un momento de crisis en el país y el mundo, como lo fue la gran depresión de 1929 que repercutió en nuestro país en 1930.