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Descubren unas células ocultas que provocarían recaídas en la leucemia

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Una población inadvertida de células preleucémicas podría ser responsable de algunas recaídas en la leucemia linfoblástica aguda de células B (B-ALL), según reveló un estudio realizado en Cataluña (España) y dirigido por el investigador del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, Pablo Menéndez.

En la investigación, que publica la revista especializada en hematología 'Blood', han colaborado la Universidad de Oxford, el Hospital Sant Joan de Déu y el Hospital Clínic, ambos de Cataluña, la Universidad de Salamanca y el grupo Pethema.

Según explicaron los científicos, aunque el tratamiento de B-ALL con inmunoterapias dirigidas a la proteína CD19, como anticuerpos monoclonales biespecíficos, como los BiTE, o construcciones CAR-T, ha tenido un gran éxito para lograr remisiones completas en los últimos años, aún es común encontrar recaídas en esos pacientes, lo que significa que todavía hay células que resisten la terapia, capaces de reiniciar la enfermedad.

Ahora, los investigadores han encontrado que una población de células que carecen de CD19 ya está presente tanto en condiciones fisiológicas como en pacientes con leucemia, en los que algunas de las células CD19 tienen el mismo patrón de mutaciones que la leucemia anterior y son parte de la carga leucémica.

Sin embargo, estas, como no muestran CD19, no son el objetivo de las inmunoterapias anti-CD19, por lo que su presencia podría ser responsable de algunas de las recaídas.

[tendencias]

Marcan descenso histórico del hielo en la Antártida

El calentamiento global está provocando un rápido declive en la extensión del hielo marino en el Ártico, pero hasta ahora, en el otro polo de la Tierra, el hielo antártico ha aumentado cerca del uno por ciento por década desde finales de 1970.
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EFE

Puede que el hielo del Ártico esté desapareciendo pero hasta no hace mucho en la Antártida ocurría lo contrario. Sin embargo, en febrero esa tendencia se rompió y la extensión de hielo en el hemisferio sur registró un mínimo histórico, el segundo en cinco años.

Según los datos de satélite, la extensión del hielo marino de la Antártida estaba por debajo de los 2 millones de kilómetros cuadrados por primera vez desde que comenzaron las observaciones de los polos desde el espacio, en 1978.

Este martes, en un artículo publicado en Advances in Atmospheric, un equipo de investigadores de la Universidad Sun Yat-sen y del Laboratorio de Ciencias Marinas e Ingeniería del Sur de Guangdong (Zhuhai), en China, analizó este suceso en busca de sus causas, aunque siguen sin estar claras.

En los últimos años, el calentamiento global está provocando un rápido declive en la extensión del hielo marino en el Ártico, pero hasta ahora, en el otro polo de la Tierra, el hielo antártico aumentó cerca del uno por ciento por década desde finales de 1970.

En 2017 esta tendencia se rompió y el hielo marino del hemisferio sur registró su mínimo histórico que ahora, cinco años después, se repitió.

El 25 de febrero de 2022, al final del verano en el hemisferio sur, los datos mostraron que había una cantidad de hielo significativamente inferior a la normal en los mares de Bellingshausen/Amundsen, el mar de Weddell y el sector occidental del océano Índico.

Además, en toda la región, la extensión del hielo marino era un 30% inferior a la media del periodo de referencia de tres décadas 1981-2010.

Explicaciones

En los últimos años se han propuesto muchas causas para explicar la variabilidad del hielo marino antártico, pero todavía no hay consenso científico y el fenómeno sigue siendo teórico y sin explorar.

La aparición de un nuevo mínimo en la extensión del hielo marino en un periodo de tiempo tan corto llevó a los investigadores chinos a estudiar qué había pasado y por qué.

Tras analizar los datos del satélite observaron que en verano la termodinámica domina los procesos que provocan el deshielo del mar produciendo anomalías en el transporte de calor hacia el polo en los mares de Bellingshausen/Amundsen, el océano Pacífico occidental y el mar de Weddell oriental, en particular.

También crecen la radiación infrarroja global, la luz, la temperatura y el albedo (la "blancura" de una superficie. Cuanto más blanca es, mayor es la reflexión de dicha radiación, y cuanto más oscura, mayor es la absorción).

"El hielo marino es más blanco que el mar oscuro no congelado, por lo que hay menos reflexión del calor y más absorción, lo que a su vez produce un círculo vicioso que derrite más hielo marino y produce más absorción de calor", explica el climatólogo y coautor del estudio Qinghua Yang.