"Cerro Chepe": unión, esfuerzo y naturaleza
Este barrio comenzó a ser habitado a principios del siglo pasado y, a lo largo de los años, se ha caracterizado por la unión de sus vecinos. Ello ha posibilitado que hoy puedan disponer de servicios impensados cuando llegaron allí.
El cerro Chepe, ubicado en el sector noroeste de Concepción, es una de las antiguas postales de la comuna. Con la característica cruz que lo corona, está lleno de historia y de familias que llevan varias generaciones habitando en él.
El nombre de Chepe aparece por vez primera en la historia debido al fuerte mandado a construir en su cima por el gobernador Porter Casanate, en 1656. La estructura tenía como objetivo ser una defensa para impedir el cruce de los naturales por el Biobío. Su nombre proviene del cacique mapuche Chepe, y el lugar ya aparece en 1714 como parte de sus dominios.
Según Carlos Oliver Schneider, en su Libro de Oro de la Historia de Concepción, el cacique Chepe disfrutó de título real y gozó de influencia entre los españoles.
Durante el siglo XIX los terrenos fueron de propiedad de la familia de Pedro del Río Zañartu, la cual donó parte de esta propiedad para ubicar el Cementerio Municipal de Concepción, mientras que el cerro y los terrenos colindantes los cedió Del Río, luego de heredarlos de su familia, para crear una población que hoy lleva su nombre.
El cerro, poseedor de una vista magnífica y panorámica, motivó a Guillermo Otto, administrador del cementerio, a mandar a construir, en la década de 1930, una escalera de subida y un mirador en su cima, del que aún hoy observamos sus restos. Además, hizo forestar el cerro, diseñar senderos y colocar bancos de descanso.
Para la conmemoración de los 19 siglos de cristianización en el mundo, se festejó en Concepción una reunión eclesiástica en septiembre de 1933, y se envió a colocar en la cima del cerro una cruz que conmemora este hito, en cuya base se lee "IN MEMORIAM XIX CENTENARI REDEMPTIONIS XXXIX MCMXXXIII" y que le otorga su característica vista hasta el día de hoy.
Es en esta época que lentamente comienza a poblarse el cerro, con familias que provenían principalmente desde zonas rurales de Tirúa y Cañete, entre otras. En su mayoría eran personas que buscaban trabajo y que lo encontraron en el cementerio situado en las cercanías.
En los tiempos en que el Biobío era navegable, existió por años el malecón de Chepe, a las faldas del cerro y de cara al río, en la extensión del macizo que se interna sobre el mismo. A este embarcadero arribaban mercaderías, maderas y otros materiales que llegaban en barcazas desde sectores como Nacimiento. Desde este punto se atravesaba el río hacia San Pedro, asimismo, se recibía desde este sector mariscos y pescados provenientes de Lota y Coronel.
Con motivo de la construcción del puente ferroviario en 1890, se realizó un túnel en el cerro, el que hoy aún está en uso.
Desarrollo
Más de un siglo lleva albergando el cerro Chepe a un centenar de familias, aún cuando algunas se han reubicado en otros sectores, como la población Lagos de Chile o en Boca Sur.
La vida de sus habitantes ha sido dura y los asentamientos originales surgen con la compra de terrenos en el lugar. Las primeras familias deben resolver cómo levantar sus viviendas en un cerro que cuenta con 73 metros de altura, y lo logran con la autoconstrucción, en la medida y posibilidad de cada uno. No contaron con luz, agua ni alcantarillado hasta los albores del siglo XXI, siendo beneficiados por el agua potable domiciliaria recién en la década de 1990, aún cuando en 1906 se utilizó la cima del cerro para la instalación de estanques que surtieron a Concepción. Sus habitantes debían acarrear el agua desde pilones dispuestos en diferentes alturas de camino al cerro, en un sendero que era de tierra hasta la década de 1930, cuando se construye la primera escalera que ayudó a los vecinos a tener un mejor acceso por calle Marina, de la que es una extensión. Curiosamente, esta estructura se habilitó pensando en las procesiones del Día de la Virgen de la Inmaculada Concepción, y no para los pobladores del lugar. Estos festejos se mantuvieron hasta el inicio de la década de 1960.
La electricidad llegó a los domicilios pocos años después que el agua potable. Antes de eso contaban con un medidor para 7 u 8 viviendas. El alcantarillado empezó a operar hace pocos años, de hecho, aún hay hogares que no cuentan con este servicio.
Para los vecinos del cerro Chepe, si bien la vida ha sido difícil, es un lugar del cual se sienten agradecidos por su entorno natural y por la vida comunitaria que durante años han forjado. Cada familia se conoce y se cuida entre sí. Los mismos vecinos afirman que es un lugar que ha visto crecer a hijos y nietos, y donde han logrado salir adelante.
Los pobladores más antiguos recuerdan que en los alrededores existía una ladrillera, en la década de 1930, al costado del camposanto. En ese mismo sitio eran arrojados desechos y "cachureos", los que eran aprovechados por sus habitantes para subsistir. Cartones, fierros y otros enseres eran recogidos por los vecinos.
Para divertirse en verano, los habitantes del cerro visitaban el río, en donde se refrescaban. También jugaban con el agua de los pilones que existían en la cima, siempre rodeados de naturaleza.
Proyectos
La población está a minutos del centro de Concepción y sus vecinos añoran la restitución del antiguo mirador, el cual quedó abandonado con los años. La escalera para acceder a la cima terminó su proceso de deterioro a causa del terremoto de 2010. Opinan que sería un lugar turístico para destacar si se recuperara y se hermoseara.
Hoy sus habitantes se organizan para concretar proyectos como el de recolección de aguas lluvias en cada vivienda.
Junto a esto buscan completar la cobertura del alcantarillado para los vecinos que aún no tienen este servicio. Además, gestionan el saneamiento de los títulos de dominio que muchas familias del sector aún no poseen, dada la cantidad de años transcurridos y la división que los descendientes fueron haciendo de los sitios. Finalmente, aspiran a ser integrados, y que las autoridades se preocupen por sus necesidades.