Modistas se reinventaron por alza del costo para hacer buzos
Alzas en los precios de las telas han provocado que pequeñas fábricas de buzos escolares hayn cambiado de rubro para dedicarse a otras labores, como personalización de productos.
Antes de que el coronavirus obligara a una pausa prolongada de las clases presenciales, muchas modistas pasaban diciembre, enero y febrero con la agenda llena de pedidos para confeccionar buzos escolares. Eso cambió radicalmente en los dos últimos años con una baja notable en los pedidos, pero hoy sus tralleres están retomando algo de la actividad
Mónica Sandoval es propietaria del taller Atelier Blanch en Tomé.
"El público empezó a bajar con el Estallido Social y ya derechamente con la pandemia no hubo nada. Sin embargo, empezaron a llegar los pedidos de pijama, que se usó por largo tiempo, y también la decoración de casas, con armadores, manteles y pieceras", relata.
Mónica señala que otro de los fuertes en este periodo, fue la confección de trajes de bailes folclóricos latinoamericanos. Ahí encontró una oportunidad que a día de hoy la tiene con agenda llena.
"Muchas personas estaban practicando bailes en sus casas, y cuando pausó la pandemia, empezaron a realizar eventos para presentarlos. Ahí fue cuando empecé a tomar pedidos de danza árabe y bailes típicos. Mis clientas hacen los pedidos con meses de anticipación, después llegan, se los prueban y vamos organizando las entregas", detalla.
Maritza Victoriano tiene su taller en Vegas de Perales, Talcahuano. Antes de la pandemia, trabajaba para el Jardín Infantil Pequeña Lulú y con clientes a pedido. Buzos, uniformes y útiles de aseo eran lo más frecuente.
Maritza, que es técnica en vestuario, siguió buscando oportunidades y así llegó al bordado computacional de insignias, nombres, diseños personalizados y detalles para regalos. "La carga laboral está muy buena. Existe harta demanda de bordados y me veo copada en los tiempos, pero está bien, se cumple con todas las metas. Hay que aprender a reinventarse y a mí me ha funcionado bien", dice.
Sobre su actual ocupación, detalla que "la costura creativa se complementa con el bordado computarizado. Hago blanquería de sábanas, accesorios para bebé, pañaleras, neceseres, toallas bordadas y vestimentas. Todo personalizado".
Siguiendo con la idea, explica que "la mayoría de mis seguidoras han visto que hago productos que ellas suelen ver en Pinterest: son toallas muy bonitas y bien decoradas. Todo esto se hace en base a un programa y llama mucho la atención. Mis productos son diferentes, con diseños bonitos y eso atrae".
Buzos escolares
Con el retorno presencial a clases, le preguntamos a estas dos emprendedoras si volverían al rubro. La respuesta fue categórica: Por el momento no. Esto, debido a la que califican como explosiva alza de la materia prima, como tela de algodón, lo que hace difícil que puedan competir con las grandes tiendas del retail.
Mónica relata que "yo compré materiales en noviembre en Santiago, y estaba los precios relativamente iguales: entre 100 y 700 pesos subió cada producto. Pero después fui en enero y ya estaban arriba de los 1500 pesos, entonces no vale la pena".
"Antes te vendían por kilo el algodón y valía 7 mil pesos. Eso te arrojaba un metro y medio y alcanzaba perfectamente un polerón con gorro de talla L. Ahora el kilo está arriba de los diez mil pesos. Ya no sale a cuenta. En mi caso he tenido que rechazar varias propuestas respecto a los buzos de colegios", lamentó.
Por su parte, Maritza explica que "antes trabajaba en algodón, que hoy está excesivamente caro y hay colores que sencillamente ya no salen. No hay producción nacional. Algunas textiles están tratando de volver, pero es muy poco. Además muchos pequeños sufren alergias con elementos sintéticos, por lo que prefiero no trabajar con eso".
De la misma forma, sostiene cuando podría ser una opción viable. "Para competir con las grandes casas comerciales, uno tendría que comprar un rollo de cada uno de los algodones y eso no está, entonces es más fácil decirle al cliente que me traigan el metro y uno lo confecciona de esa manera", contó Maritza, cuyas creaciones se pueden encontrar en su sitio de Instagram: mavi_detalles.
Finalmente, remarcó que "para volver al rubro escolar los costos de la materia prima deben disminuir. Bajando eso uno puede reinventarse y volver a ofrecer la producción. En mi caso personal, mucha clientela me ubica por las terminaciones y puntualidad, pero el tema es el costo".
"Ya no sale a cuenta. En mi caso he tenido que rechazar varias propuestas respecto a los buzos"
Mónica Sandoval,, costurera.