Denuncian crisis en el transporte escolar en la antesala de marzo
Aseguran que el alza de contagios de las últimas semanas generan total incertidumbre en conductores y familias que requieren del servicio.
Sin ninguna certeza sobre su futuro laboral se encuentran los transportistas escolares de la región. El alza sostenida de nuevos contagios solo ha llevado a agudizar este sentimiento en los conductores de furgones escolares.
Sobre esta preocupante situación, la presidenta de la Federación de Transporte Escolar del Biobío (Fetebio), Silvia Vidal, señaló que "en algún momento la gente se reconvertía a otros rubros, se hacía lo que se podía para generar recursos y hoy quiere volver, pero no hay ninguna seguridad".
Por el mismo estado de incertidumbre y los factores anteriormente mencionados, Vidal indicó que se estima que la cantidad de transportistas escolares ha bajado en cerca de un 25%, y que la demanda - en el mejor de los casos - no superará el 50%.
Añadió que ha sostenido diversas conversaciones con el gremio, así como también con apoderados, a quienes se les ha respondido que "hay que esperar un poquito más para ver lo que va a pasar. En rigor a quienes han estado llamando se les dice que a mediados de febrero se tomará alguna decisión, trazar rutas, porque todos quieren regresar, pero hacerlo en las mejores condiciones de seguridad y no interrumpir el trabajo".
Esta falta de certezas según cuenta se da también ante declaraciones como las emitidas por el Colegio de Profesores sobre el retorno obligatorio a clases, lo que incide directamente en el devenir de su actividad.
Sobre esto señaló que no espera un anuncio diferente del Gobierno actual, del cual también dijo sentir abandono. "La autoridad nos ha dejado abandonados desde siempre, ya que lo único que recibimos fue un bono de 500 mil pesos y el bono pyme de 1 millón y con eso tenemos que sobrevivir durante dos años. Se nos abandonó completamente".
Ese complejo escenario es el que enfrenta Gisela Martínez, conductora de 63 años de edad, cuyo único ingreso es a través de su furgón.
Martínez relata que no pudo acceder ni siquiera a los retiros previsionales ya que "nunca coticé, solo mi ex marido lo hacía, así que no tuve derecho a nada".
Por suerte, señaló, logró encontrar un trabajo trasladando a médicos y enfermeras del Cesfam Leocan Portus de Talcahuano, aunque aclaró que los ingresos son bastante menores.
"Me hago un suelo de 400 mil cuanto antes ganaba un millón y tanto con el transporte escolar, entonces uno se endeuda y estos últimos años he tenido que renegociar deudas y ya estoy como al borde de la depresión".
Ante este escenario es que dice que necesita retomar sus labores, pero con seguridad, ya que explica que "este es un rubro que no tiene contratos, entonces si dejamos de transportar porque alguno da positivo, los papás no quieren pagar".
Cambio de rubro
Patricio Sepúlveda fue transportista escolar por 35 años. Dice que en medio de la pandemia y tras un profundo análisis a se cansó de la incertidumbre, abandonado el gremio.
No obstante señala que "se genera un lazo afectivo con los niños y dejarlo fue muy, muy complicado. Dejarlo de un día para otro es difícil".
Sepúlveda señaló que no se arrepiente de la determinación, ya que "vi a colegas retóricamente hablando comerse el furgón", y es por lo mismo que antes de llegar a ese extremo decidió dar un paso al costado. Sobre el actual escenario dice que lo ve incierto y le desea lo mejor a sus ex colegas transportistas.
25 Por ciento menos de transportistas escolares habría este 2022 en comparación a 2020.
2 De marzo es la fecha en la que deben retornar los escolares a clases presenciales.