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Vecinos de Porvenir se ayudan con el clásico trueque solidario

La población de Chiguayante tiene una "boutique" donde se puede llevar una prenda entregando un alimento.
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Karen Loreto Retamal

Cada miércoles, desde las 10.00 hasta las 13.30 horas, en la sede social de la población Porvenir, ubicada en Calle El Molino esquina Calle 2, se abren las puertas de una sala donde se desarrolla una tradicional acción del pasado: el trueque.

Una versión solidaria del denominado intercambio directo de bienes y servicios, sin mediar la intervención de dinero. Acá, los vecinos pueden llevarse una prenda entregando un producto no perecible.

Ángelo Novoa, presidente de la Junta de Vecinos del sector de Chiguayante, explica que la iniciativa partió cuando terminaron con la olla común, "que fue una iniciativa solidaria que comenzó en mayo del año pasado, que duró, aproximadamente, seis meses y que le entregó almuerzo a unas 150 personas en un momento. Tras terminar, muchas familias continuaban con su situación compleja. Incluso, surgieron otros problemas. Ante eso, dijimos que había que buscar otra forma de solidarizar entre nosotros, de ayudarnos como comunidad".

Fue así como surgió realizar trueques solidarios. Para ello, la sede social, una vez a la semana, se convirtió en una especie de boutique, donde se arman colgadores, "conseguimos ropa usada en buen estado, reunimos voluntarios. Llamamos a la gente a buscar y lo que tenía que dejar a cambio era alimentos no perecibles, idealmente, y útiles de aseo", señala.

Con esto, comenzaron a armar cajas solidarias, las cuales les hicieron llegar a las familias que estaban pasando diversas situaciones de necesidad.

Éxito

La iniciativa ha sido todo un éxito entre los vecinos. Eso sí, el presidente de la JJ.VV. confiesa que tuvieron la duda de si iba a resultar o no. "Nos dimos cuenta de que sí funciona. Logramos armar, mensualmente, unas 20 cajas solidarias. Estamos hablando de cajas bien hechas, con todo tipo de alimentos no perecibles, útiles de aseo, jabón, cloro, detergente. Estas se las hacemos llegar a las familias que están pasando necesidades, que no han recibido ingresos en el último tiempo", dice.

Añade que "estamos conscientes de que hay un buen trabajo de asistencia social en la comuna, pero a veces las respuestas son un poco más lentas o no son suficientes. Esto lo hacemos desde la solidaridad de los mismos vecinos, son personas que viven acá, trabajadoras como nosotros, nos conocemos. No es una obra de caridad externa, aunque es bienvenida la solidaridad de afuera, como cuando llega ropa usada en buen estado que viene de otros lugares, que han visto la iniciativa en Facebook. Llegan con prendas, a veces, prácticamente nuevas, hasta con etiqueta".

Para ayudar a quienes requieren ayuda, Novoa explica que tienen un registro con distintas familias que les han ido planteando su situación, la cual varía, pues existen algunos vecinos que reciben ayudas por un tiempo, pero al encontrar trabajo avisan que ya no requieren los aportes. Así como también surgen nuevos en escenarios críticos. "Tenemos, además, tres familias con pacientes con cáncer, que implica una serie de complicaciones y gastos extras. Estos catastros se hacen en base a la comunicación con los vecinos y se mantienen en reserva, nuestro listado no es público", detalla.

Ropa

Si bien la tienda abre los miércoles, la donación de prendas se puede realizar cualquier día, previa coordinación con los miembros de la JJ.VV. como Ángelo Novoa (contactar al +56967469016) para la recepción. También son bienvenidos alimentos no perecibles y útiles de aseo.

Asimismo, la ropa debe estar en buen estado y limpia. "Hemos pasado algunas malas experiencias de que algunas personas que no han entendido eso. Pero la mayoría sí es consciente de que si va a dejar algo tiene que estar bueno. Si le falta un botón, no importa, pues tenemos una de las vecinas, que es parte de los 10 voluntarios que tenemos, que es costurera, así que ella los pone o si la prenda está descosida, ella lo hace", comenta, indicando que los artículos son revisados con lupa para la seguridad de quienes quieran adquirir uno.

Recordar que quienes desean adquirir una prenda, deben llevar su producto no perecible. Ángelo Novoa indica que "dependiendo de la ropa es una cantidad distinta de alimentos. Por ejemplo, si es una blusa o una polera, se da un paquete de tallarines o un kilo de arroz. Nos han llegado abrigos, hasta montgomerys, que implica entregar más alimentos no perecibles. En el lugar están las voluntarias que se manejan con los "valores" de intercambio. Tenemos ropa de marca y en buen estado, que hay que reconocer que se va de inmediato".

La iniciativa también tiene un cariz medioambiental, pues apoya el reciclaje y darle más vida a las prendas. Eso sí, Novoa dice que si bien se puede ver desde muchas miradas, "el objetivo fundamental es la solidaridad".