De 500 a 100 mil casos: la dura realidad de la crisis en la región
Hace un año la Región del Biobío ocupaba el cuarto lugar en cifra de contagios Covid-19 acumulados; hoy es la segunda del país con más personas infectadas. Especialistas dan sus razones del por qué la región sufre por la pandemia.
L as cifras son simplemente estremecedoras: de 490 casos de Covid-19 que registraba la Región del Biobío al 11 de abril de 2020, pasó a contabilizar 103.973 a la misma fecha de 2021; y de 16 contagios nuevos ese mismo día el año pasado, saltó a 793 en las mismas 24 horas, pero de 2021. Hualpén y San Pedro lideraban en total de contagios, con 91 y 77 respectivamente. Hoy, ambas comunas registran casi cien veces esas cifras: 7.142 Hualpén, y 8.056 infectados en San Pedro.
Números que dan cuenta del crecimiento de la pandemia, y que dejan en evidencia que el drama está lejos de superarse.
Hay más cifras. Al 11 de abril de 2020 la región lamentaba la muerte de dos personas, mientras que al 11 de abril de este año, la región acumula 1.707 decesos (11 en las últimas 24 horas). Y si se trata de pacientes en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), otra dura realidad: Al 11 de abril 2020, 33 personas eran atendidas en dichas unidades; hasta ayer eran 236 contagiados.
Los factores
Para los especialistas, son varios los factores que explican esta bola de nievede la crisis sanitaria, donde la región no ha quedado al margen de la realidad país.
La epidemióloga Maritza Muñoz, apuntó a aspectos claves: la pérdida en la sensación del riesgo, la deficiente comunicación, y el mal manejo ante la llegada de nuevas cepas.
"Al principio había temor en la población, había una comunicación de riesgo distinta de parte de las autoridades, la población entendió la necesidad de estar encerrada, de no estar con amigos, la suspensión de clases. La gente en vez de salir a comprar el pan lo hacía en su casa. Existía ese mensaje de que se podría llegar a la gravedad en caso de contagio, entonces hubo un aislamiento voluntario, sin necesidad de cuarentena", expresa.
"Al tener más información del virus, donde se hablaba que el mayor riesgo era para los adultos mayores, se le bajó un poco el perfil de los efectos en personas más jóvenes y niños, entonces la gente empezó a salir, a buscar empleo, dado que mucha gente había perdido su trabajo, y se le fue perdiendo el miedo, y a la vez se fue perdiendo la comunicación del riesgo a nivel central", añade.
Otro aspecto que influyó, afirma Maritza Muñoz, fue el manejo desde el nivel central respecto a las medidas restrictivas. "Se fueron liberando algunas medidas, como ocurrió para las fiestas de septiembre, donde se empezaron a permitir reuniones familiares, se dejó de lado ese temor de que la familia era fuente de contagio, pero la mayor cifra de contagios es al interior de la familia. Después se ampliaron los permisos, se autorizaron salidas de vacaciones", dice.
Mientras que un factor más reciente, añade, fue la llegada de nuevas cepas del virus. "No hubo cierre inmediato de aeropuertos, desde que aparece la cepa británica, sabíamos que en Chile iba a ser inmanejable el 1 es a 7 (cada contagiado podría contagiar a siete personas), y luego aparece la cepa brasilera, que es más contagiosa aún, 1 es a 11 (cada contagiado, podría contagiar a otras 11 personas), y tampoco se cierra el aeropuerto de forma oportuna. En general se perdió el miedo, la cautela, el cuidado", resaltó la especialista, sumando otro factor relevante, la trazabilidad. "Al inicio no se consideró tanto ese aspecto, y cuando se hizo ya era tarde".
Primera línea
Para quienes están en la "primera línea", el personal de la salud, los factores son similares. "Ac á desde un inicio no sele dio mayor énfasis a la trazabilidad de los casos, y las medidas restrcitivas llegan cuando ya es tarde, eso significa que la autoridad no ha considerado una real prevención, sino que se ha actuado de forma reactiva más que preventiva. El tema comunicacional ha sido clave, cuando han bajado los casos se tiende a mostrar un relajo; el exitismo en el proceso de vacunación, y ese discurso no debió ser exitista, sino que se debió enfatizar el autocuidado, se farandulizó el tema de la vacunación y la gente tendió a relajarse", expresó Evelyn Betancourt, presidenta regional de la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud, Fenats.
Y suma a ello, a su juicio, las deficientes medidas de ayuda del Gobierno, principalmente a un grupo de la población como la clase media emergente. "Es un sector que ha debido seguir buscando recursos y salir a trabajar, un sector que ha quedado abandonado y eso genera movilidad".
Mientras que desde su sector, Betancourt afirma que la pandemia "ha dejado en evidencia el desmantelamiento de la salud pública, la falta de infraestructura. Con todos los esfuerzos que se han hecho, con una ocupación de camas UCI sobre el 95%, se siguen aceptando pacientes de otras regiones, lo que sumado a largas listas de espera , termina colapsando el sistema", afirma la dirigenta.
"Se fueron liberando algunas medidas, se fue perdiendo la comunicación del riesgo".
Maritza Muñoz,, epidemióloga UCSC.
"Las medidas restrictivas siempre llegaron tarde. El gobierno ha sido reactivo más que preventivo".
Evelyn Betancourt, presidenta regional Fenats.
2 fallecidos registraba la región el 11 de abril del año pasado. A la fecha van 1.707 decesos.