Remeros reviven los éxitos de la "generación de los 80"
Penquistas destacan, entre otros logros, las medallas panamericanas y haber sido finalistas olímpicos.
Los momentos de gloria que ha vivido el remo nacional en los últimos años en Chile, no hacen más que ratificar que estamos frente a una de las generaciones más exitosas de este deporte, donde los exponentes penquistas son parte fundamental.
Los cuatrillizos Antonia, Melita, Ignacio y Alfredo Abraham; Josefa Vila, Felipe Cárdenas, César Abaroa o Yoselýn Cárcamo, por nombrar algunos, forman parte del semillero que ha laureado a Chile en diversas competencias internacionales, lo que demuestra el poderío penquista a la hora de remar y competir.
Sin embargo, hay una camada de remeros penquistas que décadas atrás también dejó su huella, llevando a Chile incluso a pelear una final olímpica, evidenciando que el remo en esta parte del país, por más de medio siglo, ha llevado a lo alto la bandera nacional.
Giorgio Vallebuona, Rodolfo Pereira, Rodrigo Abasolo, Zibor Llanos, Víctor Contreras, Carlos Neyra y Mario Castro, todos penquistas, sumado a los hermanos valdivianos Alejandro y Marcelo Rojas, formaron parte de esa generación de los '70 y '80, que puso en alto a Chile en el remo mundial.
plata y final
Primero lo hicieron en los panamericanos de Caracas donde en el 8 con timonel lograron la medalla de plata en 1983, mientras que al año siguiente llegaron a la final olímpica en la misma prueba. "En esa generación había dos remeros destacados, que fueron quintos en el Mundial de Austria, Simón González y Zibor Llanos. Con Simón fuimos al mundial adulto en 1979 en Nueva Zelandia. Se empezó a formar un grupo bastante bueno, Simón se retiró, pero seguimos varios de acá de Conce, más los hermanos Rojas de Valdivia, y conformamos una selección a bastante exitosa", recuerda Rodolfo Pereira.
Giorgio Vallebuona, por su parte, repasa aquellos años y gestas deportivas. "En esos años se hacía un campeonato muy grande a nivel escolar, era un deporte muy popular en ese tiempo, clubes con 70 a 100 deportistas. Cuando ingresé al Liceo Enrique Molina entró una gran cantidad de deportistas y se fue creando esta generación. De hecho hubo muchos deportistas que fueron campeones nacionales, y ahí la competencia se comenzó a hacer fuerte en los clubes", comenta el remero de 61 años.
Hasta los años setenta, gran parte de las competencias eran locales y nacionales, por lo que no hubo mucha figuración internacional. Sin embargo, a inicio de los ochenta comenzaron los logros con la primera "generación dorada".
"El primer salto fue el Sudamericano de Buenos Aires (1982), la primera vez que Chile ganó un Sudamericano en el 8x, y más encima en Argentina", repasa Vallebuona. "Luego vino el Panamericano de Caracas, donde fuimos vicecampeones. En esos años el gobierno creó un plan llamado 79-83, que se hizo de Panamericano a Panamericano para todos los deportes, y el objetivo era la obtención de medallas. En ese plan el Gobierno compró botes, implementación y apoyo económico para estudios, alimentación", recuerda, lo que sin duda favoreció que los deportistas pudieran dedicarse casi de forma exclusiva a entrenar.
"La final de esos panamericanos fue entre Canadá, Chile y Estados Unidos, había mucha gente con banderas chilenas, apoyándonos, la gente había transformado eso en una competencia entre Latinoamérica y Norteamérica, fue un verdadero acontecimiento. Y que desplazáramos a Canadá fue algo muy bonito", añade Rodolfo Pereira.
Y tras esa medalla en Caracas, vino otro salto, la clasificación y competición en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, donde el equipo chileno disputó la final, dirigido por su técnico, Hernán Cerro. "Fue una olimpiada bastante particular, pudimos haber hecho más de lo que hicimos, el pero fue que no llevábamos embarcación, distinto a lo que pasó en Caracas. Nos pasaron un bote que nos desfavoreció, nos quedaba chico, era de peso más liviano, una marca que nunca habíamos remado, incómodo, fue como ir a competir en equitación y no llevar el caballo", rememora Giorgio.
Una final donde Chile debió competir frente a potencias como Canadá, Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña, Nueva Zelandia, y Francia, aunque este último país entró casi por casualidad, tal como lo revive el propio Pereira. "Llegar a esos olímpicos fue algo bastante azaroso, por problemas dirigenciales y extradeportivos, casi nos quedamos abajo, pero al final fuimos. El sólo hecho de estar ahí, fue una sensación tan increíble, que era sentir que todo lo que se había sacrificado, quedaba totalmente pagado. Terminamos séptimos, ha sido la única final de unos juegos olímpicos que en lugar de correr seis, fueron siete, porque en las eliminatorias superamos a Francia, pero algo le pasó al bote francés en la semifinal, y como no podían repetir la regata, se les ocurrió la brillante idea de meter a los franceses", recuerda entre risas, en una participación que puso en alto el nombre de Chile en el remo, disputando una final olímpica, lo que espera pueda repetir y superar la actual generación del remo chileno.
"Se armó una muy buena generación, que obtuvo logros muy importantes para el remo chileno ".
Rodolfo Pereira, ex seleccionado y remero olímpico