Karen Loreto Retamal
En un 150% crecieron los llamados por violencia intrafamiliar (VIF) en 2020 con respecto de 2019. En tanto, en Carabineros, los llamados se duplicaron, alcanzando un alza del 97%.
El caso local, según informó la directora de Sernameg, Lissette Wackerling, se detectó un aumento en las atenciones en los 14 Centros de la Mujer.
"Tenemos claramente un aumento exponencial de atenciones. Entre abril y diciembre de 2019 tuvimos 1176 atenciones, y en el mismo período en 2020, aumentamos a 5360 atenciones. Es decir, cerca de un 355%", precisó.
En ese sentido, la directora regional de Sernameg expresó que más que un aumento de casos, lo que se ha generado con la pandemia es "una visualización de la violencia, entendiendo que al estar todo el día en casa, con hijos en el hogar. Una mujer sufre violencia con o sin pandemia, reconociendo que su pareja es un agresor", dijo.
Añadió que "ojalá, para nosotros, que los casos se visibilicen y así llegar oportunamente. Si una mujer se está atreviendo a pedir información y orientación, está requirieron información por parte de un dispositivo, claramente que queremos que esas mujeres lleguen para ofrecerles el apoyo psicosocial y jurídico y que no suframos más casos graves de violencia, como los femicidios frustrados o consumados".
Llamado a denunciar
La región cuenta con 14 centros en diversas comunas de la región. El último en sumarse está ubicado en Tirúa. De estos, el de Concepción, Los Ángeles y Cañete reciben la mayor cantidad de consultas. Pese al confinamiento, se mantienen abierto. "Con mayor razón aún hemos estado haciendo un trabajo continuo. Sí por las características de la pandemia ha cambiado a modalidad mixta. La atención es por turno, pero siempre hay una atención. Dispusimos de números de celulares de los equipos en la página del Servicio para que se comuniquen directamente y no que la mujer tenga que asistir presencialmente".
Eso sí, evidenció que las denuncias formales disminuyeron, a nivel nacional, en un 6,9%. "Siempre hacemos el llamado a la denuncia, que nos ayudará a tener un canal formal donde se establezca un sistema de justicia o reparación en caso de que una mujer haya sido violentada. Entendemos que producto del confinamiento muchas mujeres no se atreven a asistir presencialmente a hacer la denuncia. Y también porque hay miedo por contagio".
Otros testigos
Si bien la pandemia ha generado una serie de efectos colaterales negativos, uno positivo sería que ha permitido a otros darse cuenta de que otros viven la VIF. María Consuelo Hermosilla, de la Fundación Antonia, señaló que "en este tiempo lo que ha surgido es que la gente que no sufre violencia se ha dado cuenta, porque hoy estando en casa hay más personas atentas, que antes estaban en horario de trabajo, y ahora en teletrabajo. Te das cuenta si sucede algo con la vecina, porque empiezas a escuchar y ver".
Además, precisó que "muchos nos contactan para orientación, porque tienen una amiga, una hija, una mamá sufriendo violencia y no saben qué hacer. Para que nosotros podamos ayudar a la víctima, necesitamos que ellos se acerquen".
Según Hermosilla, "nosotros recibimos una constante búsqueda de apoyo. Tenemos hartos enfoques. Uno es la educación a través de las charlas y talleres. Otra es atenciones a sobrevivientes de violencia en el pololeo y VIF. Tenemos un grupo grande de sicólogos trabajando. Tenemos 55 voluntarios, de los cuales 18 son sicólogos". Eso sí, debido al confinamiento la atención presencial se transformó a online, por lo que las consultas se ampliaron a todo el país.
"Entendemos que producto del confinamiento no se atreven a asistir a hacer la denuncia.
Lissette Wackerling