¿Cómo sobrevive el mundo de las artes durante la crisis?
En medio de la emergencia sanitaria, sin ayudas del Gobierno, no son pocos los que se las han jugado por mantener vivas las disciplinas artísticas.
El mundo de las artes, en general, se ha visto fuertemente golpeado con la pandemia. Mientras algunas disciplinas están detenidas, otros se las han arreglado para continuar, proyectándose hacia el futuro fuera del covid-19.
Falta de trabajo y de apoyo, relatan, han desencadenado en una reinvención de sus quehaceres para enfrentar la peor crisis sanitaria que se tenga conocimiento en las últimas décadas. Todo ha sido válido para sobrevivir.
Adaptados
El balcón de su vivienda -hoy- hace las veces de una sala de ensayo para Marna Albarrán. Acá, la directora de la Compañía de Ballet Concepción transmite vía web a los estudiantes que aún son parte de su grupo. A los que se suman, cuenta, aquellos que la ven por la calle mientras ella enseña.
Desde el inicio de la pandemia se volcaron en las clases online a través de Zoom y WhatsApp. "Les bajé a la mitad de precio la colegiatura para solidarizar con ellos, porque muchos son pymes y sus ingresos se vieron reducidos. Para seguir ejerciendo, hicimos eso. Además, quien me arrendaba la sala, me bajó a mitad de precio el arriendo, pero ahora ya lo solté porque no sé cuándo vayamos a volver. Así ahorramos y controlamos nuestros gastos. Al ser una compañía, no solo hacemos clases, sino que también presentaciones, por lo que necesitamos administrar nuestros gastos", relata.
En la parte amable, dice, han tenido seminarios a nivel internacional gratuitos, pero "la parte fea, en nuestro local teníamos servicios contratados que no podemos dejarlos. Lamentablemente no hemos tenido apoyo de parte de las autoridades. Sí lanzaron una convocatoria para todos los artistas, hasta volver a encontrarnos, pero la suma era demasiado poquita, entre 100 mil a 200 mil pesos, por edición. Hay bailarines en peores condiciones que uno. Decidí no participar para no ocupar los recursos que alguien necesita para poder comer", añade la bailarina de origen mexicano, quien llegó hace siete años al país para encargarse del ballet de Los Ángeles. Hoy tiene su propia compañía en Concepción.
Sus alumnos van desde los 6 años a los 85. Al principio, descendió el número de sus asistentes. Ahora, de 100 aproximadamente, tiene 50 participantes. Marna, explica que las clases online no la complican, pues "cuando estuve en Canadá, me acostumbré a no tocar a los alumnos, porque allá hay mucho depredador sexual. Ellos están acostumbrados a que yo les indique las partes del cuerpo. Trato de explicar con la tranquilidad que se debe para que entiendan".
TEatro
Manuel Loyola, director del centro de artes escénicas Oráculo, es consciente de que los primeros meses de la pandemia tuvo un piso donde descansar los efectos de la crisis al ser docente universitario. Sin embargo, también conoce la realidad de muchos de sus pares, quienes hoy han debido reinventarse y dejar stand by el teatro.
"La crisis ha afectado a todo el mundo. El caso nuestro, de las personas que trabajamos con el arte, con personas, ha sido radical. No es que hayamos bajado un porcentaje de nuestra productividad. En realidad bajamos a cero. Pasamos de una actividad normal, a no tener ninguna. Eso ha golpeada a todos los trabajadores de los artes de manera muy fuerte", revela.
El problema, añade, es que "hemos estados sin Estado. Tenemos un ministerio inactivo que le permita negociar una ayuda para los trabajadores de las artes. No hemos tenido lo más mínima ayuda".
En ese sentido, cuenta que están en una etapa de sobrevivencia. Quienes trabajan en las artes escénicas, asegura, están dedicándose a otras labores para poder subsistir. "Están dedicándose a trabajar en delivery, en preparaciones. Mucha gente está entregando servicios alimenticios, desde panes integrales a comidas preparadas. Es muy difícil también la reconversión, de resetearse laboralmente, porque eso requiere una capacidad técnica que no siempre está a la mano", detalla.
"Es muy fuerte, pero podemos aprender de esto", sentencia, añadiendo que "cuando haya una opción de ver un espectáculo, habrá una enorme cantidad de restricciones y la gente estará con decisiones económica que quizás ir a una obra de teatro será una decisión postergada".
Si bien Manuel ejerce la docencia, desde agosto a marzo se dedica a crear, por lo que desde ahora estará sin trabajo. "El semestre en la universidad, me permite ahorrar y volver a trabajar en 2021. Es una situación ventajosa, pero no así para mis compañeros, que están tomando la temperatura en un mall o haciendo de todo", dice.
No califica
En un momento, pensó en dejar de lado sus creaciones con María Canela y buscar trabajo. Los primeros dos meses de la pandemia, para artesana del vellón de lana de oveja, Marianela Eliccette Cabeza fueron complejos y con cero ventas. Sin embargo, hoy su negocio ha podido permanecer estable.
"Pero dije: "Acá no me puedo quedar". Tenía bastante stock de productos porque no había podido vender. Hice una feria digital y fue un éxito", cuenta.
No obstante, ella no califica ni para los bonos de vulnerabilidad ni para la clase media. "Ayuda del estado cero. Postulé al Reactívate de Sercotec, pero me dijeron que tenía un mes que no se había pagado, pero no es posible. Tengo que ir a SII para regularizar, pero no quiero ir y quizás contagiarme. De los bonos, nada. No somos ni chicha ni limoná. No somos pobres ni clase media. Al tener inicio de actividades en primera categoría me disminuye el tener algún tipo de bono. No reúno los requisitos. La caja de alimentos, menos", revela.
Eso sí, existe apoyo entre emprendedores. Según relata, "una productora de Concepción nos ha ayudado a difundir nuestros trabajos a través de redes sociales. La ayuda ha sido entre nosotros mismos, nos hemos ido apoyando. Amigos que se han reinventado y hacen delivery, nos hacen los envíos. Ahora, le estoy sacando al máximo el jugo del Instagram y Facebook para las ventas online".
Apoyo
Desde hace más de 30 años, Miguel Ángel Romero se dedica al arte de los vitrales. "Ha sido complejo, porque la gente no está interesada en comprar souvenir o cosas suntuarias. La pandemia ha sido bastante cruel", señala.
En este tiempo, continúa con su oficio (Facebook e Instagram Vitrales Miguel Ángel), pues ha tenido la opción de acceder a bonos y también su 10% de la AFP. "Eso ha servido para apalear este caos", dice el artesano, quien es parte del grupo Manos del Bío Bío.
De igual modo, cuenta que si bien él sigue creando, muchos de sus pares se han reinventando. "La necesidad de las personas ha hecho que las personas busquen otras alternativas", comenta, añadiendo "ojalá que el Estado se haga cargo de lo más medular de los artesanos, que también pasan necesidades".
Fiestas Patrias y Navidad son fechas fuertes. No obstante, la crisis sanitaria hace tambalear los planes. "La gente tendrá otras prioridades y eso es complicado para nosotros. ¿Cómo logramos seguir sosteniéndonos? Es difícil. Incluso algunos de nosotros postulamos a las cajas del Gobierno. Esto destapó cómo es nuestra situación", indica.
"No es fácil reinventarse en estas condiciones. Como artesanos, vivimos con poco, pero hoy es difícil", dice.
Además, tal como Marianela, asegura que la ayuda entre pares ha sido vital para continuar creando en medio de la crisis.
"Decidí no participar para no ocupar los recursos de alguien que necesita comer.
Marna Albarrán, Directora Cia. de Ballet Conce
"En realidad bajamos a cero. Pasamos de una actividad normal, a no tener ninguna.
Manuel Loyola
50 alumnos tiene, aproximadamente, Marna en su compañía. Antes, alcanzaba los cien.
2 meses con venta cero tuvo Marianela de María Canela. En mayo repuntó.