Entidades redoblan esfuerzos y extienden el apoyo a niños vulnerables y a sus familias
Corporaciones y fundaciones han adaptado sus procedimientos: teleterapias y cooperación en apoyo alimentario y sanitario es parte del arduo quehacer en medio de la pandemia.
Para sacarse el sombrero es la labor que están realizando las entidades que brindarn apoyo a niños, niñas, jóvenes y sus familias en riesgo social, quienes, hoy más que nunca han requerido que se les tienda una mano.
En Corporación Catim, su directora ejecutiva, Sandra Castro, detalla que "la emergencia ha cambiado la lógica que teníamos establecida de funcionamiento. Nos hemos tenido que adaptar y encontrar un ajuste creativo para seguir ejecutando los programas que Catim mantiene", aludiendo a acciones como teleterapias, intervención a distancia y apoyos terapéuticos.
Junto a ello, la labor con niños en los dos hogares de Catim se han profundizado. "La institución es responsable completamente de ellos, desde la satisfacción de sus necesidades básicas, alimentación, salud, que estén escolarizados, de hacer un trabajo de despeje con sus familias, para lograr una revinculación familiar o con quienes se pueda", agrega.
En Fundación Tierra de Esperanza tampoco han detenido su labor. Su director ejecutivo, Rafael Mella, señala que "nuestra labor se ha mantenido en buena parte a través de teletrabajo en las actividades que es posible. Tenemos programas en que se siguen atendiendo presencialmente (...) en ese sentido nos hemos organizando para cuidar a nuestros integrantes, con el objetivo prioritario de no perder el contacto con las personas que son parte de la fundación como usuarios".
nuevas necesidades
La pandemia ha dejado en evidencia otras necesidades de las que ambas entidades se han hecho cargo. "Dada la situación de emergencia, se han levantado muchas necesidades, una de ellas la de alimentación, pues existe una inseguridad alimentaria que se ha hecho evidente en muchas familias de las que atendemos, ante ello nos hemos organizado para canalizar ayuda directa desde la fundación, a través de campañas para ir en apoyo con canastas familiares, y a través de nuestros equipos, apoyado a que las familias logren contacto con las redes comunitarias y de los distintos servicios estatales que nuestras familias necesitan", resalta el director ejecutivo de Tierra de Esperanza.
La entidad impulsó la campaña Dona Esperanza, que busca recaudar fondos para la compra de canastas de alimentos para las familias con niños y niñas de sus programas. "Se han desplegado iniciativas con un tremendo sentido solidario para revertir el impacto social de esta crisis. En sintonía con lo anterior, impulsamos esta campaña para seguir sumando esfuerzos en esta instancia de colaboración para la compra de alimentos y que consideran un juego de mesa para promover también los espacios de recreación para los niños, niñas y adolescentes, que han visto interrumpidas sus rutinas", dijo Mella.
Esa misma necesidad ha atendido de forma adicional a su quehacer la Corporación Catim. Así lo reconoció su directora ejecutiva, Sandra Castro. "Muchas de las necesidades de las familias y de las que nos hemos tenido que hacer cargo, que no están tan centradas en la lógica habitual del trabajo que hacemos, coincidente en las familias que trabajamos, y que nos ha obligado a tocar puertas para gestionar estas ayudas, que pasan por alimentación, condiciones sanitarias, nos ha obligado a tocar puertas a privados, a hacer más trabajo con las redes y municipios en pro de apoyar a nuestras familias", explicó.