Pablo Martínez Tizka
El arriendo de piezas ha sido uno de los tantos rubros afectados durante este período de emergencia por Covid-19. Específicamente en las pensiones para estudiantes, muchos de ellos han tomado la determinación de irse del lugar y regresar a sus respectivas regiones para estar con sus familias.
Para evitar conflictos, algunos administradores han determinado llegar a un acuerdo con sus inquilinos, con el fin de que ellos tengan asegurados sus lugares cuando la emergencia pase y, al mismo tiempo, no sufrir tanto en lo económico.
La mitad
Jessica Jerez cuida una pensión en el sector en Villa Los Castaños en Concepción. Su reflexión se basó en que considera que esta emergencia sanitaria no se resolverá en uno ni en dos meses.
"Tratamos de ser empáticos. Así que solo se pidió que cancelaran la mitad de la pensión, no todo. El sistema es pagar la totalidad, que se considera desde marzo a diciembre", contó.
Asimismo, aseguró que dos estudiantes pasarán la cuarentena en el lugar, pero que el resto decidió regresar a casa. "Se quedaron con la condición de que no salgan. Cuando ojalá todo esto pase, quienes se fueron podrán volver sin problemas. Hay que ser responsables en estas situaciones", recalcó.
No obstante, aseguró que mucha gente continuó llamando, en búsqueda de piezas. "Ocurre que muchos iban a ingresar a clases en abril, por lo que durante marzo continuaron cotizando. Sin embargo, con esto es imposible aceptar. Hasta cambiarse de casa es complicado".
Ornadys Pavez tiene una pensión en Hualpén, en la que recibe a alumnos que estudian en la Universidad Federico Santa María. A diferencia de Jessica Jerez, quien aún tiene a dos inquilinos, en su caso los estudiantes se fueron.
"Son del sur, la mayoría de Puerto Montt. Por este mes se acordó que paguen la mitad. Los padres me aseguraron que el dinero llegará", dijo.
Asimismo, señaló que "me quedaban piezas disponibles, pero no recibí ningún llamado y tampoco he estado ofreciendo. Ahora no sé si los niños seguirán estudiando online o si volverá en algún momento la forma presencial. Sólo me queda esperar".
Incertidumbre
Para Pavez, la dificultad mayor es la incertidumbre y los posibles problemas económicos que la emergencia le puede generar, ya que esta actividad es su principal fuente de ingresos. "Algunos de los alumnos están pensando en irse definitivamente, ya que les queda solo seis meses de estudio. Ojalá que esto pase pronto porque la situación es muy complicada en estos instantes".
En el caso de Claudio Guerrero, quien ofrece piezas para estudiantes cerca de Collao, señaló que "igualmente estoy usando redes sociales y avisos clasificados, a fin de que los alumnos reserven con anticipación".
Agregó que "obviamente no he recibido llamados aún por la situación que estamos pasando todos. Si esta era una prioridad, ya no lo es hasta que el virus deje de ser una amenaza. Hay que esperar no más".
16 de marzo se hizo efectiva la suspensión de clases y actividades presenciales en universidades.