Este "team" venezolano tiene impeque la cancha de Collao
Equipo realiza a diario una intensa labor para mantener el terreno de juego como una verdadera joyita.
Mientras un grupo de atletas entrena y da lo mejor de sí en la pista de rekortan, a un costado, en plena cancha, Martín Simanca, Carlos Ávila y Benjamín Báez hacen lo propio y juegan su propio partido, el de mantener en las mejores condiciones posibles la cancha del estadio Ester Roa Rebolledo.
"Esto es como un bebé, hay que mantenerlo con todo el cuidado posible y estar siempre preocupado de él", dice Carlos, quien lleva un mes en las labores de mantención del césped de Collao.
Una pega a la que entrega toda su dedicación, y la que ni él ni sus compañeros se imaginaron hacer cuando emprendieron viaje desde Venezuela hacia Chile.
ventas e ingeniería
Martín Simanca es uno de los más experimentados en la labor, pues lleva varios meses (comenzó desde que tomó la posta la nueva empresa que mantiene el pasto del recinto, Giardino), siendo un trabajo muy distinto al que hacía en su tierra, el de vendedor en una tienda de artículos de decoración para fiestas que tenía su padre en Caracas.
"Vine varias veces a preguntar si había posibilidad de trabajar acá, me decían ven este día, ven este otro, y así lo hice. Cuando uno quiere las cosas, insiste, así que así lo hice y ahora acá estoy. He ido aprendiendo las labores", cuenta el joven de 24 años.
"Mayormente me enfoco en la mantención del engramado, airear los llamados 'anillos de bruja' (espacios de pasto en descomposición orgánica), cortar día por medio, sacar las malezas, orillar, y estar atento a las anomalías que se reflejen en el césped", detalla sobre su labor.
Pero no es un novato en el tema, pues en Venezuela también tuvo su lado como "canchero". "En Caracas trabajé en la mantención de un recinto de béisbol, el Estadio Chato Candela. Es más chico que este", revela, y agrega que disfruta lo que hace: "La pega es bonita, esto es para el que le gusta".
Lo mismo afirma Carlos Ávila, originario de la ciudad de Bolívar, y quien dejó sus estudios de ingeniería civil en Venezuela para venir a probar suerte a Chile. "Llevo un mes acá, antes estuve trabajando en una óptica. Acá, al igual que Martín, me toca hacer de todo, cortar, regar, aunque lo que más me cuesta es usar la cortadora, el rayado, las líneas deben quedar parejitas, y tengo el pulso malo, así que Martín es más experto en eso", comenta entre risas.
Por su parte su compañero, Benjamín Báez, de a poco va aprendiendo las mismas labores, pues recién lleva dos semanas en esta pega. Algo muy distinto al trabajo y profesión que ejercía en su país. "Me toca hacer de todo también cortar, regar, algo nuevo para mí. Soy ingeniero en telecomunicaciones, estudié en la Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas, Unefa, y trabajaba en el área telefónica. Acá desde que llegué he postulado a trabajos, pero por el trámite de la cédula extranjera, no me han llamado. Mientras tanto hay que mantenerse", afirma el joven, quien al igual que sus colegas, con lo que más sufre es con el sol durante el trabajo en cancha.
"El sol pega muy fuerte acá, dentro del estadio se sienta más todavía, pero en general en la ciudad el clima es agradable, bonita la ciudad. La gente dice que hace calor, pero para lo que uno conoce, no hace tanto, hace sol, sí, pero calor no, comparado a como hace allá en Venezuela", expresa Báez.
cancha lista
Francisco Boero, dueño de la empresa a cargo de la mantención del terreno de juego, destaca lo que se ha hecho desde que comenzaran a operar en el césped del estadio Collao, y que han llevado adelante los llamados cancheros.
"Cuando tomamos la mantención de la cancha hace unos meses, vimos que había una muy baja densidad de césped, por lo tanto la resembramos, y previo a ello hicimos lo que se llama 'aireación hueca' (un procedimiento que permite mejorar las condiciones de drenaje y eliminar material orgánico en descomposición). Ya luego ha sido cuestión de mantener la cancha, cortar, el regado con fertilizantes, lo que se ha hecho utilizando el riego automático, y controlando algunas enfermedades del pasto que se producen propios de la época, como los llamados 'anillos de bruja'", expresa Boero, ingeniero agrónomo y con casi una década de experiencia en mantención de este tipo de canchas de fútbol profesional (hoy tiene a cargo también la cancha de La Granja en Curicó).
Hoy el terreno está impecable, y tendrá su estreno oficial el sábado, cuando la U. de Conce reciba a Wanderers por el torneo nacional.
"La pega es bonita, el sol es lo que más afecta, en el cansancio, agota, pero esto es para el que le gusta".
Martín Simanca
"Acá hemos hecho un trabajo muy fino, porque recibimos la cancha en muy mal estado".
Francisco Boero