Angélica Vásquez V.
Muchas predicciones sobre lo que viene, muchos videos nacionales y de todo el mundo. Todos relacionados con esta Nueva Era que está y sigue desplegándose... Lunas llenas, fenómenos extraños en el cielo, animales que se extinguen. Y bueno, si levantamos la cabeza, está lo nuestro. Ahora es Navidad, poco a poco se ha tomado este aire. Es que Navidad es nacimiento, un acto de recogimiento sobrehumano, así se nos dijo siempre, así lo sabíamos, hasta que no sé en qué momento empezamos a creer que era bueno comprar y comprar, tapar todo con escenografías baratas, creer que una frase media sabia compensaba vivir sin escucharse. Trabajo en el centro de Concepción, la famoso zona cero, y veo cómo están las tiendas, las calles, la adicción por los televisores inmensos... Pero hay más que eso. Sus caras no son de felicidad en absoluto, muchas caras largas, ceños fruncidos, caminan sin gracia, molestos. Hay mucho para hacer columnas, pero me gusta tomar lo inmediato, lo práctico, porque si se extrapola es también un reflejo de lo que nos sucede a diario. Hay un porcentaje altísimo de personas infelices, el término suena tan fuerte, pero es que los sacudones tienen que despertarnos. Sentirse alma ¡por Dios! Saber que si nos han estudiado por miles de años y no terminan de conocernos, eso habla del inmenso tesoro que tenemos y que somos... de una vida que puede desplegarse, subiendo peldaños en conciencia, uniéndonos a lo que una vocecita nos ha dicho siempre. ¡Hay algo más! Y ese Shangri-La está… adivinen. ¡¡Sí!! En nuestro templo, en nuestro interior. Dejemos de ser zombies, hasta por romper la rutina hagamos la diferencia esta vez. Así como deseamos un viaje a una isla paradisíaca, hagamos este viaje acompañándolo de adrenalina, humor, dulzura y magia. Hay un místico y mimado dentro de cada uno, y lo sabemos. La mística es nuestra conexión espiritual. Lo mimados, es más que capricho, es el amor que nos podemos otorgar. ¿Nos amamos? Relájese. Y piense bien si ese plasma nuevo es necesario.