Disturbios tienen a adultos mayores con estrés y "encerrados"
Vivir en el centro de Concepción se ha transformado en un problema durante estas últimas semanas, especialmente a los adultos mayores que han debido reorganizar toda su vida debido a los constantes disturbios.
En calle Lincoyán, entre Freire y Maipú, vive Patricia García, de 78 años. Comenta que siempre se consideró una afortunada por vivir en el centro, pero que lamentablemente estos días solo ha pensado en escapar del caos. "Gracias a Dios tengo casa en Quillón donde me puedo refugiar y olvidarme de todo, pero el problema es cuando vuelvo a mi casa, están los mismos desórdenes de siempre", sostiene.
Por esta razón es que asegura haber sufrido consecuencias en su salud, y el estrés y los nervios ya le están pasando la cuenta. "Tengo que ir al neurólogo ya que estoy apretando mucho los dientes en la noche. Es agobiante siempre ver tanto saqueo, incendios y barricadas".
Respecto a su rutina normal, dice que afortunadamente existe un supermercado y un mercadito cerca de su edificio, "así que no tengo que alejarme mucho. A veces, cuando está todo tranquilo, con mi viejo aprovechamos y nos vamos al parque a distraernos un poco", señala.
Daños en la salud
También en Lincoyán, a la altura de Los Carrera, reside otra adulta mayor, de 82 años, quien pidió reserva de su identidad. La anciana señaló que ha sufrido ataques en su domicilio, y que la situación en el centro penquista le ha afectado enormemente en su salud, pues además sufre de diplopía (alteración de la visión que consiste en la percepción de dos imágenes de un mismo objeto).
"Felizmente -asegura-, mi hijo ha podido acompañarme a hacer mis compras y mis trámites, ya que sola me cuesta mucho. Además, por mi enfermedad y el poco conocimiento tecnológico que tengo no puedo pagar mis cosas por internet, así que debo ir presencialmente".
La mujer añade que ha sido tanta la angustia y las situaciones estresantes, que la presión de sus globos oculares subió a 300, lo que la tiene bastante complicada. "Ahora ir al centro es otra cosa, prácticamente debo andar corriendo. Por eso opto por ir a lo justo", sostiene.