El grupo que tiende una mano a los "oxígeno dependientes"
Auxilio Maltés es el nombre de la organización que desde 1996 se la juega día a día para ir en ayuda de quienes más lo necesitan. Conozca su historia de esfuerzo y solidaridad.
Fue en 2017 cuando la arquitecta Loreto Casanueva entró a formar parte de la Fundación Auxilio Maltés. Esta organización sin fines de lucro puede sonar desconocida para muchos, pero su trabajo está presente todo el año, siendo su principal objetivo ayudar a niños y a adultos de escasos recursos con oxígeno-dependencia, es decir, que necesitan recibir oxígeno mediante tratamiento.
La coordinadora cuenta que "la fundación es poco conocida, pero estamos comprometidos tanto en otras regiones, como aquí en Concepción".
En la región del Biobío, Loreto Casanueva es la coordinadora, y trabaja en conjunto con otras dos voluntarias. Con la felicidad de poder ayudar, ellas son representantes de esta fundación de larga historia, siendo su origen en el año 1048, conocida como la Orden de Malta, aunque su actividad en nuestro país empezó varios siglos después, recién en 1996.
Trabajo silencioso
Como explica Loreto, el trabajo que hay detrás de la fundación es bastante silencioso y poco conocido por la comunidad en general. Como coordinadora, ella se encarga de realizar la tarea de organizar actividades, en donde muchas veces surgen otros colaboradores. Esto hace posible que sigan siendo una fuente de ayuda para los habitantes de esta zona.
"En Concepción trabajamos en el Hospital Regional. Queremos tener salas en donde los niños sean atendidos, y además las mamás puedan descansar mientras reciben la atención médica que requieren", explicó.
También cuenta que hacen entrega de las máquinas que les sirven a los niños con enfermedades que tienen como consecuencia der oxigeno-dependientes.
Pero el trabajo no solo está ahí, sino que han intentado abarcar más formas de ayudar. Se coordina la posibilidad de trabajar por ejemplo en sectores como Alto Biobío, entregando ayuda durante en invierno. Loreto cuenta también que se organizan para poder hacer operativos médicos.
"Al final, lo que hago es coordinar, organizar, hacer lo logístico. Hablar con doctores y coordinar con los cesfams. El contacto es vital en esto", contó la arquitecta.
Así, como voluntaria no deja de entregar lo máximo de sí para que todos los proyectos sigan en pie, aunque destaca igual el trabajo de colaboradores, que aparte de ella y su equipo, hacen también posible continuar adelante.
"Hacemos actividades de gran importancia, pero hay una en especial que hacemos en fin de año, vendiendo estrellas de Navidad con ayuda de la señora Anita Riffo. Un ejemplo de colaboradora, no voluntaria, que apoya este trabajo", expresó.
Lo personal
Hay que recordar que este es trabajo es un esfuerzo totalmente voluntario. Para Loreto es también así, quien se desempeña durante todo el año teniendo como recompensa los resultados y la satisfacción de poder ayudar.
Pero ella asegura que hay mucho más detrás que se gana. Se trata de las experiencias que la marcan, en las cuales, personas beneficiadas por la labor de la fundación le han enseñado a "aprender a valorar más la vida, la familia y la salud. Puedes tener de todo en la vida, pero si eso te falta, nada tiene un verdadero sentido".
Loreto contó también que la gente que ha conocido se ha convertido por esto mismo en un ejemplo de vida, recordándole constantemente qué es lo de verdad importante, y también enseñándole lo importante de saber ponerse en el lugar de las personas para poder hacer un bien por el mundo.
"Con esto, ojalá más gente se motive a ayudar, porque se necesita, y uno debe aprender a ponerse en los zapatos de la otra persona", concluyó.
"Queremos tener salas en donde los niños sean atendidos, y además las mamás puedan descansar mientras reciben la atención médica que requieren"
Loreto Casanueva,, coordinadora Auxilio Maltés.