Penquista busca oportunidades para niños vulnerables en EE.UU.
Valeria Gurr lleva 12 años en el país del norte, donde hoy es directora de American Federation for Children en Nevada.
Ella es un ejemplo tangible del llamado "american dream". Sin dominar el idioma cuando llegó, la penquista Valeria Gurr ha dejado su huella en Estados Unidos gracias a su esfuerzo que hoy la tiene como directora en Nevada de la American Federation for Children, que busca entregarle oportunidades a los niños de bajos recursos.
"Soy el estereotipo del sueño americano, que dice que si trabajas duro, puedes alcanzar lo que quieras. Y sí, es cierto. Hubo mil sacrificios. Todavía lo hago. Me quedo hasta las 4 am estudiando y luego me levanto muy temprano para trabajar", relata Gurr, quien cuenta que su motivación en ayudar a los niños radica, en alguna manera, a lo que vivió en Chile. "Me costó entenderlo por qué me gustaba tanto", confiesa.
Camino difícil
Sin pudor, señala que su vida en Concepción no fue fácil. No contaba con las oportunidades que hubiese querido. Con mucho, pero mucho esfuerzo, logró entrar a estudiar a Duoc.
A los 20 años, tras trabajar en bares y restaurantes (llegando a tener tres empleos al mismo tiempo), juntó dinero y se fue por intercambio cultural a Estados Unidos. "Era una huasa, completamente del pueblo a la ciudad. Había un mundo de oportunidades allá, así que iba y volvía. Terminé de estudiar y a los 24 años decidí venirme a vivir a acá. No me vine definitivo, porque no sabía lo que quería. Dije: 'Voy a irme unos años a trabajar y ahí veré que hago'. Estudié periodismo en la Universidad de Nevada, en Las Vegas. Ahora estoy sacando mi doctorado en Asuntos Públicos, que es lo que hago en el fondo. Ayudo a escribir leyes y a traer reformas educativas para mejorar el sistema", detalla.
HAciendo cambios
El generar mejores oportunidades es algo que a Valeria la motiva. "Estados Unidos ha sido un país que me abrió las puertas y me dio mucho más de lo que me habría dado Chile", sentencia, indicando que "primero partí trabajando en la Unión de Maestros, pero no era. Luego me fui a trabajar a la universidad en investigación y en prevención del abuso infantil. Estudié periodismo y ahora estoy con mi doctorado. Lo que hago es que trabajo con el gobierno y con políticos y exigirles que tomen las soluciones para ayudar a las familias y traer mejores oportunidades educativas. En el estado en el que vivo la educación es un poco más baja que en otros estados".
Con ese cara y sello, la penquista trabaja por la igualdad, desde la formación de las personas. En ese sentido, dice, "me dediqué a trabajar en educación. Ayudo a niños de kinder hasta el doceavo grado a que tengan acceso a diferentes tipos de becas, que lo que hacen es que niños de bajos recursos puedan entrar a escuelas privadas o subvencionadas con acceso a estas becas. Se dieron 96 millones de dólares el año pasado".
El programa está dirigido a todos los niños que viven en EE.UU, con la particularidad de que deben ser vulnerables. "La mayoría de los casos, los niños que son más afectados son los latinos y los de color, que viven en las zonas más pobres. Las escuelas públicas son de 40 ó 50 alumnos, con un profesor. Niños con diversos problemas, migrantes donde en su casa no se habla inglés. Y se van quedando atrás. Si no se les entrega una educación personalizada, no se adaptan al sistema, lo más probable es que no se gradúen y jamás entren a la universidad", explica.
La directora de la organización Nevada School Choice cuenta que esta es "súper integral, inclusiva. Damos clases en inglés y español; explicamos cómo es el sistema en Estados Unidos, cómo se accede a la educación".
Para complementarlo, tiene un espacio en la radio en educación. "Todos los viernes, hago un show en español para la comunidad latina para que sepan cómo acceder a la educación, de las becas. Es un todo".
Familia: soporte
Casada hace 10 años con un norteamericano y con un hijo de 2, Valeria trabaja duro. Hoy se siente en su mundo, pues tiene a su madre viviendo con ella mientras realiza su doctorado
"Imposible hacer todo lo que hice sin apoyo de alguien. Imposible llegar lejos… si no fuera por su apoyo, de mi marido, no habría hecho nada", manifiesta la también líder de la Asociación Chilena de Las Vegas.
Recordando sus inicios, dice que fue difícil. "Te sientes solas. Tenía muy poca plata. Me compré un auto y muchas veces me tocó dormir ahí hasta que pude costear un lugar. En Chile tenías todo listo, acá no eras nadie".
Pero todo ha valido la pena. Hoy está tranquila y ya no extraña tanto sus raíces, es más, confiesa que "desde que fui mamá se me pasó, al principio sentía más nostalgia. Mi hijo me ayudó. En un momento no sabía si volverá a Chile. Profesionalmente en Chile no es tan fácil como aquí. Tengo 36 años y mi casa está pagada. Mi auto igual. Tengo cero deudas. Estoy ahorrando para mi vejez y pensando en que cuando me retire puedo viajar. Mi hijo tiene 2 años y ya le estoy pagando la universidad. Acá la vida es trabajar harto".
"Soy el estereotipo del sueño americano, que dice que si trabajas duro, puedes alcanzar lo que quieras. Y sí, es cierto. Hubo mil sacrificios"
Valeria Gurr