Juan Pablo Ríos Rosales
El 9 de febrero es una fecha especial para el mundo del fútbol, pero aún más para Rancagua. Cada vez que se cumple dicha fecha, rinden homenaje a las estrellas que permanecen en el cielo. La historia es conocida: tras el partido de la tercera fecha del Transición 2013, que disputaron Huachipato y O'Higgins en el CAP-Acero, uno de los buses que llevaba de vuelta a 37 hinchas celestes se desbarrancó en la cuesta Caracol de Tomé, dejando a 16 de ellos sin vida en el lugar.
Desde aquel día hasta hoy, cientos de honores se realizaron a los fallecidos, quienes dejaron a decenas de familias desconsoladas. A propósito de lo anterior, este próximo domingo por la primera fecha del Torneo Nacional, los acereros reeditarán el duelo ante el "Capo de Provincia" al mediodía.
Ya han pasado seis años del fatal accidente, pero Diego Merino, coordinador de la barra "Trinchera Celeste" y quien también viajó para aquel cruce, siente el recuerdo muy cercano, pues además perdió a un gran compañero. "Yo fui a ese partido. Resulta que para esa ocasión había tres buses para los hinchas y yo estaba a cargo de uno, del que no se fue a la playa. Lamentablemente perdí a un amigo de toda la vida. El resto igual era gente conocida", comentó.
Igualmente, el delegado de la organización asume que este suceso marcó para siempre la historia de la ciudad y del club. Es por eso que no faltan los homenajes y muestras de cariño hacia los incondicionales hinchas que siguen estando aquí. "Es un luto que tanto la institución como Rancagua siempre llevarán", agregando que "Si duda alguna, es un partido con un tinte distinto, es la última cancha en la que estuvieron los muchachos cerca del accidente, así que obviamente tiene un significado diferente", aseguró Merino.
experiencia de vida
El coordinador de la "Trinchera Celeste" no es el único que perdió a un amigo cercano. En este aspecto, se encuentra otro fiel hincha de O'Higgins como lo es Sebastián Briones, quien está juntando el dinero necesario para poder viajar este domingo a Talcahuano. El joven que actualmente tiene 23 años relató su experiencia, que por cosas del destino, lo dejó con vida. "Con un grupo de barristas organizamos un bus que tenía por objetivo ir a Tomé después del partido. Cuando llegué al CAP me sentí raro, pensaba que algo podía pasar. Finalmente, cuando terminó, decidí no ir con los a la playa con los chiquillos y me cambié de bus porque tenía la casa sola y nos íbamos a demorar en llegar", recordó.
Pero también se refirió al momento más trágico. "Iba durmiendo cuando de pronto me despertaron y todos estaban llorando. Los cabros habían tenido el accidente. Luego, cuando llegamos a Rancagua, me enteré de la muerte de Felipe Bañado, mi mejor amigo, y ahí fue cuando se me vino el mundo abajo", concluyó Briones.
"Es un luto tan grande que, tanto la institución como Rancagua, llevarán por siempre".
Diego Merino, Trinchera Celeste"