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Hace años que los smartphones dejaron de ser solo un medio para recibir y enviar mensajes o llamadas. Hoy, mucha gente tiene toda su información almacenada en estos dispositivos: cuentas bancarias, datos personales, fotografías y archivos. Por eso sufrir el robo o pérdida de un celular puede ser riesgoso para muchos.

Y si bien es imposible impedir el robo directamente, sí podemos tomar medidas que nos ayudarán a recuperarlo. Lo primero y más esencial, configurar de inmediato un método de bloqueo seguro. Ya sea un código numérico simple, un patrón de desbloqueo o el bloqueo por huella dactilar que tienen algunos smartphones actuales, esta es la primera barrera para impedir que alguien acceda a nuestra información. Si a esto le sumamos proteger nuestra tarjeta SIM (el "chip" de la compañía) con una clave (PIN), estaremos aún más seguros.

En caso de robo, hay aplicaciones que ayudan, con un poco de suerte, a ubicar los teléfonos por geolocalización. Para Android y iOS, aplicaciones como Cerberus o Prey ofrecen soluciones muy efectivas de encontrar, activar o desactivar el terminal de forma remota. Otra solución (gratuita) es el Administrador de Dispositivos de Google (teléfonos Android).

Si logran ubicar su terminal robado, recuerden realizar la denuncia antes de actuar por su cuenta. Por último, no olvidar cambiar las claves de todo lo que tengamos, nadie quiere publicaciones sorpresa en Facebook después de un robo.