Alfonso Levet G.
Un proyecto de ley presentado por la diputada Paulina Núñez (RN) busca terminar con la práctica de los trabajadores conmutados, es decir, aquellos que trabajan en una región, pero viven en otra. Esto es muy común en la minería del norte, donde trabajadores ocupan sus descansos para volver a sus ciudades de origen, para compartir con sus familias.
La moción presentada por la parlamentaria propone que para acceder a jornadas especiales de al menos siete días de trabajo por otros tantos de descanso (7x7), deberá acreditarse residencia en la misma región donde se trabaja.
"Queremos invitar a que las familias se asienten en la zona norte y que tengan arraigo en nuestra región", comentó a La Estrella la diputada por Antofagasta. "No sólo queremos que se beneficien nuestras ciudades, sino que no se vean afectadas las familias de los trabajadores", agregó la legisladora.
El texto legal de la propuesta dice: "Las jornadas que excedan de siete o más días, sólo podrán autorizarse cuando el trabajador acredite que tanto él como su cónyuge o conviviente civil, cuando lo hubiere, tengan residencia en la región donde se realice la ejecución del trabajo".
Núñez aclaró que el proyecto incluye también a los solteros, y afirmó que no es una limitación a la libertad de los trabajadores, porque "pueden elegir si quedarse o no en una región".
De aprobarse el proyecto, los profesionales y técnicos del Gran Concepción que laboran en minería y que hacen uso de esta jornada, tendrían que decidir si buscar trabajo en el Biobío o radicarse definitivamente en el norte del país.
Trabajadores locales
Claudio Díaz trabaja hace 10 años en faenas mineras. Aseguró que "si tuviera que elegir entre irme a vivir para allá o buscar acá, preferiría ganar menos pero quedarme en el sur".
El principal motivo es la calidad de vida. "La tranquilidad y el entorno del sur no lo cambio por nada. Allá hay los mismos problemas que hay en todos lados, pero de una manera más evidente".
Otra diferencia, señala, es el alto costo de la vida. "Arrendar una casa en Antofagasta, por ejemplo, no baja de los $450 ó $500 mil y si hay más barato, es para encontrarse con los problemas que te mencionaba", comentó.
Opinión similar tiene Renato Monsalves, que trabaja en la región de Atacama. "Acá los sueldos son atractivos y hay bonos, está bien para trabajar, pero para eso no más", dijo.
"Un maestro que aquí gana $450 mil, allá puede partir percibiendo unos $750 mil. Es difícil decir que no, si ocurriera esto, habría que encontrar la forma de seguir allá", manifestó.
Más tajante fue Jaime Puelpán, quien, en medio de sus actividades en el desierto comentó: "No me iría por nada a vivir al norte, sólo es buena la oferta en términos laborales".
"Queremos invitar a que las familias se asienten en la zona norte y que tengan arraigo"
Paulina Núñez,, diputada"
450 mil pesos puede costar el arriendo de una casa en la zona mineras, según los trabajadores.