Desesperada se encuentra una familia tomecina por la desaparición de su padre. Dayana, hija del extraviado, Nicomedes Segundo Vivallos Sagredo, de 63 años de edad, señala que perdieron su rastro hace más de tres semanas, por lo que suplica por más ayuda a las autoridades y organismos competentes.

"La última vez él fue a la posta a curarse unas heridas, porque se cayó. Luego lo llevaron al hospital, pero el problema fue cuando le dieron el alta", indicó a La Estrella.

Según detalló Dayana, a su padre lo fueron a dejar a su casa, en el sector Piscis. "Seguro él se desorientó y se puso a caminar. Mi padre sufre de pérdida de memoria, así que de seguro salió sin rumbo, desconoció y anda por allí", manifestó.

Hoy, ya se cumplen 23 días desde la última vez que lo vio. "Lo único que quiero es que esté bien, que nos den pistas si lo han visto por ahí", dijo.

"Hemos recibido ayuda por parte de Carabineros, PDI, Defensa Civil y hasta Bomberos, pero aún no tenemos ninguna novedad", lamentó.

Es por ello que pidió entregar cualquier pista a la policía.

23 días desaparecido lleva Nicomedes Vivallos, tomecino residente en el sector Piscis.

63 años de edad tiene el tomecino que se extravió. Llevaba un parche en el mentón.

Gonzalo Cifuentes Uribe

Los arreglos en avenida Colón, a la altura de Hualpén, han traído numerosos inconvenientes a los vecinos. Los habitantes del sector Los Boldos, a un costado del Colegio Sagrados Corazones, señalaron que de un tiempo a esta parte han aparecido roedores. Según ellos, este fenómeno coincidió con los movimientos de tierra propios de las faenas.

"Vivo hace años en este sector y nunca habíamos visto ratones ni nada. Su aparición coincidió con los trabajos, así que imagino que es por esta situación", declaró Jazmín Barahona, vecina del barrio. "Creo que se deben tomar medidas al respecto, no puede ser que haya este tipo de problemas en un lugar donde no los hubo nunca", añadió molesta.

La situación afectaría a las casas que están en avenida Los Copihues, principalmente las que están justo al lado de las obras de construcción del corredor de transporte público.

Marcela Barra, dueña de casa, calificó la actual situación como asquerosa. "Una tiene que andar limpiando la caca que van dejando estos animales", puntualizó.

En este sentido, Cristina, otra residente del barrio, relató un delicado episodio. "Una vez (los roedores) se metieron a un mueble en el que guardaba comida. Había un paquete de galletas todo mordido. Es increíble esta situación, porque uno no sabe por qué parte entran", añadió.

"Hay que comprar veneno y tapar los orificios. En realidad son tan escurridizas que la posibilidad de pillar a una y matarla es complicado. Hay que mantener las cosas cerradas", manifestó Marcela Barra.

historia

Cabe recordar que, tal como lo informó La Estrella, ese tramo estuvo abandonado durante varios meses, puesto que la empresa que realizaba dichos trabajos presentó problemas. Por este motivo, se congeló su avance, se realizó una licitación del tipo directa y se pronostica que éstas se terminarían a fines de este año, cerca de seis meses después de la fecha inicial pactada para su entrega.

"Primero fue el problema del retraso, ahora está esta otra situación. Al final, los que vivimos cerca de las obras somos los más perjudicados", advirtió el vecino Jorge Robledo.

"Espero que terminen pronto, porque los tacos, el ruido, barrial y todo lo que implica la obra nos tiene aburridos. Ya va mucho tiempo así", sentenció el hualpenino.

Municipalidad

Desde la Municipalidad de Hualpén indicaron a La Estrella que si bien no ha existido una denuncia formal acerca de la llegada de ratones por parte de los vecinos, de todos modos se oficiará de esto al Servicio de Vivienda y Urbanismo para para que revise la situación.

Desde la corporación edilicia recalcaron que es responsabilidad de dicho organismo estatal establecer un cerco sanitario en torno a las obras, por lo que esperan que el problema sea resuelto a la brevedad y así terminar con los inconvenientes denunciados por la comunidad.

"Es asquerosa la situación, porque una tiene que andar limpiando la caca que van dejando estos animales".

Marcela Barra, vecina."