Niño que salió a ayudar sueña con ser piloto del Supertanker
Peque dichatino subió al cerro a ver en qué podía aportar. Ex infante de marina le pasó una pala y lo acompañó, mientras más arriba cerca de 50 brigadistas franceses estuvieron trabajando en el combate al fuego.
Su presencia llamó de inmediato la atención. Pala en mano, un niño de nueve años de edad removía tierra y cenizas en los cerros de Dichato, queriendo aportar su granito de arena en esta lucha sin descanso contra la catástrofe que se ciñe sobre nuestra región. ¿Cómo llegó ahí? Si bien vive lejos de los sectores afectados, insistió en acompañar a las personas que subieron a colaborar, por lo que se le vio junto a un ex infante de marina que además lo andaba cuidando.
"Al caballero me lo pillé por acá y me prestó una pala. Llevo como dos horas trabajando... ¿qué hora es?", pregunta el pequeño, antes de volver a remover un poco de cenizas hacia un costado.
Benjamín, alumno de cuarto básico de la Escuela E-427, aseguró a La Estrella que en su casa le habían dado permiso para ir a ayudar, pero que tenía que volver al almuerzo. "Quiero ser piloto cuando sea grande, para manejar el Supertanker", confesó luego, emocionado por el reciente paso de la aeronave por sobre el área de trabajo. "Estaba bacán el Supertanker, ojalá que venga de nuevo y que esté en Chile todos los días", dijo, antes de partir de regreso a su casa.
Consultada por La Estrella, Rosita Burgos, la mamá del niño, sostuvo que Benjamín es muy inquieto y "siempre quiere estar en todas". Por ello, no le sorprendió que llegara a ayudar. Sobre lo que quiere ser cuando grande, la mamá afirmó que "es lo que siempre ha dicho, que quiere ser piloto".
Víctor Inzunza, el ex infante de marina que llegó temprano hasta Dichato para colaborar en las labores de liquidación, sostuvo que esfuerzos como los de Benjamín llaman la atención en emergencias como éstas. "Chile no tiene la cantidad suficiente de gente experimentada, como Conaf y Bomberos y, como aquí ha ocurrido, la fuerza especializada está en un sector y en forma simultánea aparece otro foco a cientos de kilómetros, no dan abasto", comentó, agregando que "por eso las primeras acciones de las comunidades locales han sido fundamentales".
Luego de prestar apoyo en Florida, Hualqui y Palomares, Inzunza llegó con sus propias herramientas a ayudar con la extinción de fumarolas y despeje del área, aprovechando sus más de 33 años de experiencia en la Armada. "Me sumé a los franceses y a los brigadistas chilenos que llegaron hasta este sector cuando se supo que iba a venir el Supertanker", sostuvo.
La ayuda francesa
Algunos metros cerro arriba, en el mismo sector dichatino, un equipo de brigadistas franceses trabajaban en liquidar puntos calientes aún humeantes.
El teniente coronel Jean Claude Commes contó que su trabajo se especializa en las áreas de interfaz, es decir, el espacio que separa a las áreas urbanas con las zonas boscosas, lo que por estos días la gente llama cortafuegos. "La idea es apagar todos los puntos calientes para evitar el desarrollo de un incendio más tarde con la temperatura y el viento que se van a elevan durante la tarde", dijo el teniente.
Los brigadistas llegaron hace tres días al país, pero antes de su arribo al Biobío estuvieron desarrollando labores de extinción en la Región de O'Higgins. "Ahora estamos aquí y quizás en tres días más estemos en otro lugar, estamos a disposición de la Conaf".
Commes explicó que el equipo se divide en terreno en dos grupos. Lo componen poco más de 50 bomberos brigadistas profesionales, más personal de apoyo técnico y médico, con lo que alcanzan a las 70 personas en total.
Catástrofe ecológica
Aunque para los franceses la geografía les resulta familiar con la del sur de su país -cerros con pinos-, y dijeron estar acostumbrados a trabajar en bosques similares, Commes confesó que "nunca he visto este tipo de incendios, esto es una catástrofe ecológica".
A cargo del equipo completo está el teniente coronel Remi Cotin, quien explicó que "mi equipo está dividido en dos grupos, trabajan 60 personas simultáneamente. Todos estamos trabajando en Dichato, un equipo aquí y el otro en esa otra colina (indica un cerro cerano)".
Un poco más abajo, varios brigadistas se preocupan de bombear el agua hasta las zonas altas y, entre ellos había un chileno colaborando. "Trabajo para una empresa externa. Hacemos el traslado de máquinas, herramientas, insumos y agua", contó el hualpenino Gabriel Navarrete. Sobre la comunicación, dijo que hay intérpretes que ayudan. "Y si no, con señas no más".
70 personas componen el equipo francés dentre brigadistas de terreno y apoyo técnico y médico.