Afectividad y juegos para enfrentar el estrés
A fin de año, los niños pueden presentar mayores niveles de estrés. Para evitarlo los padres pueden considerar estas recomendaciones:
-Promover tiempos de esparcimiento. Los niños se desarrollan, liberan energía y aprenden a través del juego, por lo que es una necesidad. Llenarlos de actividades escolares impide que jueguen y, por lo tanto, es un riesgo para su salud mental y relaciones afectivas.
-Promover hábitos de alimentación, sueño y ejercicio físico.
-Promover la autoestima. Ambos padres deben preocuparse por lo que hace su hijo/a, y fomentar sentimientos de poder y autonomía.
-Fortalecer la autoeficacia. Debe sentir que es competente para resolver problemas y enfrentar las dificultades. Saber que el pedir ayuda no lo hace ser menos. No solucionar los problemas por él.
-Humor. Es el estado contrario al estrés. Sonreír libera tensiones y produce bienestar. Hay que cuidar que el niño/a no sienta que se ríen de él/ella, sino que comparten un clima divertido.
-Relaciones afectivas: el vínculo entre padres e hijos/as es más importante que cualquier nivel de rendimiento. Ser cariñoso, demostrar afecto, estimular y potenciar los esfuerzos de los niños/as son acciones fundamentales. Dígale que está orgulloso de él/ella. Sea empático. Ellos necesitan saber que sus padres son incondicionales y los aceptan con sus cualidades, debilidades y diferencias.