Desalojaron liceo tomado en higueras
Carabineros de Talcahuano desalojaron la toma que se realizaba en el Liceo Industrial A-23 de Higueras. El proceso se llevó a cabo con normalidad y no se registraron detenidos.
Carabineros de Talcahuano desalojaron la toma que se realizaba en el Liceo Industrial A-23 de Higueras. El proceso se llevó a cabo con normalidad y no se registraron detenidos.
Una repentina fuga de gas alertó a los penquistas que circulaban por calle Freire, en Concepción, ya que el olor se sintió bien fuerte, según relataron. A la emergencia acudieron rápidamente los voluntarios de la Primera Compañía de Bomberos de Concepción, quienes verificaron que la situación no pasara a mayores y tomaron las mediciones en los locales comerciales del lugar. La situación fue subsanada por personal especializado de la empresa encargada de las cañerías.
La crisis que se está viviendo en Venezuela no ha dejado ajeno a nadie, y tampoco a los oriundos de dichos país que viven en Concepción, quienes lamentan lo que pasa en su tierra y decidieron venirse a Chile para mejorar su calidad de vida.
Es el caso de Daniel Núñez, de 33 años, quien se vino a Conce en septiembre del año pasado junto a su esposa y dos hijos. "Se veía que era imposible una mejora en el país y no nos quedó otra opción que venirnos a Chile", manifestó.
Lo peor de la situación, según comentó este venezolano, es la inseguridad. "El pueblo se cansó de tantas muertes que hay en las calles, eso no puede ser. Si sales, es casi seguro que te van a robar y nadie hace nada", expresó.
Nelson Morapastén, otro venezolano que reside en Concepción junto a su familia, afirmó que "en Caracas el comercio cierra a las 19 horas, porque después no se puede andar en la calle. De seguro los asaltan y les quitarían lo poco que hay".
"Acá puedes andar de noche, fácilmente, y por lo general no te pasa nada. Los asaltos son mucho más aislados. Allá sales cinco veces de noche y en todas te roban. No hay manera de salvarse y se vive con miedo permanente", indicó a La Estrella.
Producto de la inseguridad, ambos decidieron dejar atrás su tierra natal y empezar una nueva vida junto a sus familias.
"No hay comida en los negocios ni en los supermercados, es una situación súper complicada y la gente está cansada de esperar soluciones. Nadie hace nada", señaló Daniel Núñez.
En tanto, Nelson Morapastén asegura que las personas comunes son las que más sufren. "Los que tienen dinero y puestos importantes van a comprar a Colombia o a otros países, para ellos no hay crisis porque viven como si nada pasara", manifestó. Producto de esa falta de alimentos, contaron que es común que se formen filas afuera de los almacenes y que la compra está limitada.
Además de los problemas en la alimentación, los servicios de salud se ven perjudicados. "En los hospitales no hay remedios. Si te enfermas es súper complicado", sentenció Núñez.
El drama de los hospitales se replica en las farmacias. "Tampoco se pueden comprar", señaló.
Ambos padres de familia señalaron a La Estrella que están felices en Concepción, ya que han tenido buena recepción y de a poco se van acoplando a una sociedad distinta a la que dejaron en su país.
2013 año en que asume la presidencia Nicolás Maduro en Venezuela.
30 millones de habitantes tiene el país que vive una de sus peores crisis.
Laila Cabezas nació en Chile, pero se fue a temprana edad a Venezuela. Allí formó su familia y tiene dos hijas pequeñas. Sin embargo, después de 33 años en tierras llaneras, decidió volver a su país natal, acompañada de su familia.
"Junto a mi esposo nos vinimos por el futuro de nuestras hijas. Cada vez que la mayor iba al liceo quedábamos con el alma en la garganta por lo que podía pasar. Es terrible", señaló Laila.
Según relató, tomaron la drástica decisión al ver que el país está en pésimas condiciones, lo que se arrastra desde el 2013. "Yo siempre he sido apolítica, pero al menos Chávez hacía funcionar el país. Maduro no ha tenido una buena gestión y se ve muy difícil que deje el poder", manifestó.
Con respecto a si volvería a Venezuela, aseguró que "yo no, porque ya viví lo lindo que pudo ser, cuando caminábamos tranquilos a cualquier hora. Me gustaría que mis hijas pudieran vivir eso algún día".
Tras arrancar de la crisis, Laila se vino a la región del Bío Bío, donde vive con su esposo y dos hijas. "Acá estamos bien", sostuvo.