La Casa de Salud nos abrió sus 108 puertas para revelar cómo funciona este espacio cultural
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Llevan dos años y han logrado un público de más de 53 mil miembros en su página de Facebook, en la que se inscriben los clientes que pueden entrar gratis hasta las doce de la noche en Casa de Salud. Un edificio que tiene cerca de 1.800 metros cuadrados y que antiguamente era una fábrica de galletas en calle Brasil con Caupolicán, hoy es un centro cultural y además un bar dispuesto a la diversión nocturna de penquistas de todas las edades y tendencias.
La infraestructura de este lugar llama la atención de todos los visitantes, con diversos salones, espacios para fumar y cinco barras. Pero el hecho es que lo que alcanza a conocer el público general es sólo una parte de lo que existe realmente. Para tener una idea, el recinto cuenta con nada menos que 108 puertas.
"Esta semana cumplimos dos años. Pero venimos de una larga trayectoria, en verdad Casa de Salud es como la última cosa que hemos hecho, yo he sido propietario del Cariño Malo, después del Club La República, después del Bar del Frente, el Rumba", comenta Germán Estrada, productor y uno de los socios propietarios del establecimiento, junto a Horacio Italiano, Guille Meneses y Osvaldo Torres.
"Los cuatro socios decidimos hacer un lugar como un centro de eventos donde existiera la opción de escuchar música en vivo tener un estudio de grabación, hay un taller de diseño y se hacen muchas cosas, tenemos la radio Leufü", señala.
centro cultural
En este lugar se trabaja casi las 24 horas del día de lunes a sábado, incluso algunos domingos también. "Aquí funciona la radio con una programación de 24 horas diarias con espacios donde participan algunos gestores culturales de Conce, como Mauricio Melo, Marcos Valenzuela. Se hacen programas y conciertos en vivo todos los miércoles, donde debutan dos bandas semanalmente", detalla Estrada.
Además funciona una agencia de diseño y una productora que llamada Creo en Conce, con la que se organizan ferias, y ahora están trabajando en un festival de música electrónica. "Tenemos varias actividades relacionadas con el empuje de algunos proyectos de artistas y todo se financia a través del proyecto de Casa de Salud, aparte de algunas empresas que auspician", explica Germán Estrada.
Uno de los espacios que no se conocen por parte del público general es la residencia de artistas. "Aquí viven y se quedan algunos que van de paso, pueden alojar los músicos de otras ciudades, hay cierta cantidad de gente que siempre está residiendo y haciendo algún aporte en términos artísticos", cuenta el productor, quien también vive en el lugar.
Asimismo, están preparando la inauguración de un nuevo sector que será El Salón de la Infamia, dónde se podrá fumar, pues está acondicionado cumpliendo con la normativa y tendrá un bar. "Porque los fumadores sufren mucho con no poder fumar y nosotros tratamos de acondicionarlo apegado a la ley, o sea, los techos están traslapados", señala el también integrante del grupo Los Brando.
Como proyecto cultural han logrado mantenerse siempre vigentes, pese a que distintas organizaciones en torno al arte penquista se encuentren en crisis. "La diferencia de la organizaciones sostenidas por el Estado o que son por empresas, es que a éstas les afecta mucho más el vaivén de la economía, pero aquí somos todos autogestores, nunca nos ha ayudado nadie, entonces estamos acostumbrados a trabajar con lo mínimo y hacer las cosas más por amor, porque nos apasiona, más que realmente por un resultado económico", establece.
EL EQUIPO
Así como es de grande el recinto, también es el equipo de personas que trabajan en él. "Acá trabajan casi 60 personas, algunos en la parte del bar y otros trabajan grabando, filmando etcétera. Tenemos un tremendo equipo", dice.
"Incluso nos hemos sentido tentados de declararnos un país independiente, pero la verdad es que somos un buen equipo, obviamente que la responsabilidad y la dirección recae en los cuatro socios del proyecto, pero en general es una empresa que funciona con algunas características bien diferentes a la mayoría de las empresas, aquí hay un sistema de trabajo en el cual hay mucho compromiso, también las remuneraciones tienen que ver con eso, tratamos de hacer un sistema justo en general, porque somos todos artistas", explica Estrada.
El nombre del bar nació de un incidente, según cuenta el propietario. "Nosotros teníamos antes un bar chiquitito que era medio clandestino, que se llamaba Rumba que lo clausuró el Ministerio de Salud. Estaba en Rodríguez con Salas y fue declarado inhabitable por el terremoto. Entonces para reírnos de la situación le pusimos Casa de Salud, que tiene la doble lectura del hacer salud. También hay una referencia un poco más hermética relacionada con que aquí estamos todos locos, y una casa de salud es un manicomio", bromea.
La libertad, el respeto, y la tolerancia, son los valores que se practican en este equipo de trabajo. "Somos capaces de ceder un poco en virtud del bienestar común. Eso funciona como un modelo de negocio súper diferente", manifiesta Estrada. J