Gonzalo Cifuentes Uribe
Javier Pino (27) y Marcela Soto (28) nunca se imaginaron que, luego de acudir a la clínica por intensos dolores estomacales que sufría la mujer, terminarían convirtiéndose en padres. Durante los últimos nueve meses, la pareja de pololos hacía su vida normal e incluso salían a fiestas, como cualquier joven de sus edades.
Todo cambió el sábado, cuando la joven "empezó con dolores al estómago, pero el domingo bajó la intensidad", relató Javier. Sin embargo, el martes el dolor de Marcela se hizo insoportable, al punto de no permitirle dormir.
"Ahí la llevé de urgencia a la clínica y nos encontramos con la sorpresa", señaló el ahora padre.
En primera instancia, les dijeron que tenía un embarazo de siete meses y medio, pero luego de los exámenes de rigor, el diagnóstico era claro: Marcela estaba lista para dar a luz.
"Me dijeron que el embarazo estaba finalizado y que, según los análisis, sería papá en media hora", relató el joven periodista.
Rápidamente, ambos partieron al Hospital Regional para iniciar el trabajo de parto, el que finalizó a las 5.40 de la mañana, con el nacimiento de un varón, al que llamaron Manuel, el que pesó 3,8 kilos y midió 51 centímetros.
Comúnmente, todos los padres tienen meses para preparar el día del parto, pero en esta ocasión no ocurrió así. Independiente de ello, Javier y Marcela se lo tomaron de la mejor manera posible.
"A pesar de que no sabíamos que seríamos padres, estamos súper tranquilos y contentos", comentó Javier, quien también reconoció que el apoyo de los cercanos ha sido importante.
"Ambas familias lo tomaron de buena manera, nos han apoyado en todo momento y, al igual que nosotros, están felices", declaró.
Al ser un caso poco común, se generó un nexo especial entre los funcionarios del hospital y la familia. "El trato fue súper bueno porque era novedoso. Estos casos no ocurren todos los días", declaró.
Javier y Marcela querían casarse y tener hijos en el futuro, pero el plan se les adelantó. Hoy ya disfrutan del nuevo integrante de la familia. J
La joven pareja nunca pensó que podrían ser padres, sobre todo porque aseguran que nunca hubo un indicio que los haya hecho pensar en ello. Marcela tomaba pastillas anticonceptivas y, además, no hubo mayores cambios físicos ni en los procesos biológicos que la hicieran sospechar de un embarazo, por lo que la sorpresa fue total.