l Felipe Placencia Soto
Desde ruidosas fiestas, conversaciones de amigos que terminan en pelea, maceteros que caen desde lo alto y residentes que orinan desde el balcón hacia la entrada del edificio, son algunas de las situaciones que muchos vecinos deben soportar cuando viven en departamentos.
Es que residir en uno de estos conjuntos habitacionales hoy es una opción práctica, sobre todo para las esforzadas familias de profesionales que recién comienzan y también para los universitarios, miles que llegan cada año a Concepción, la ciudad universitaria de Chile.
La Estrella hizo un recorrido en algunos barrios y recogió testimonios en edificios que no dejan de sorprender.
Desde el piso 12
Cerca de una universidad se erige un edificio con 200 departamentos. Uno de sus trabajadores explica que los días más complicados son los jueves y viernes, días en que las fiestas "se vuelven desenfrenadas".
"El 80% es estudiante. Hay harta tomatera. Y bueno, un día un personaje orinó del piso 12. Alguien vio cómo caía la orina por los vidrios de la puerta. Salió para afuera y lo pilló. Al otro día la administración lo echó. Se fueron todos, porque fue muy grave".
Pero no sólo estudiantes. También gente adulta se sale de toda norma.
"Un día llegaron unas personas muy bebidas y uno de ellos luego lanzó desde un balcón un macetero. Por fortuna no iba pasando alguien", contó uno de los residentes.
"Hacen mucho ruido, se llama a Carabineros y punto. En el edificio del frente son jugosos. Amigos a veces están fumando y al rato se ponen a pelear", reveló otro. J
l La mayoría de los edificios cerca de las universidades son ocupados por estudiantes que arriendan entre marzo y diciembre. Ante la molestia de los tranquilos vecinos, algunas administraciones han optado por severas medidas como expulsión o fuertes multas que van desde los 80 mil a 120 mil pesos, en algunos casos. Otra medida es llamar directamente a los padres de los estudiantes para que tomen medidas.