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Surf: conexión más allá de correr las olas

Claudia Palavecino, amante de la disciplina y quien fomenta el surf con el club Poder Sureño, cuenta su experiencia sobre la tabla y el mar, lo que ha sido una verdadera terapia, más allá del deporte y la competencia.
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Manuel Muñoz González

Claudia Palavecino siempre tuvo ese bichito de adentrarse al mar a algo más que mojarse los pies o disfrutar de una tarde de sol. Y ese interés la llevó a aprender a surfear, sin importar haber dejado pasar más de tres décadas de su vida para atreverse a hacerlo.

"La mayoría de las personas parten en los deportes extremos bastante jóvenes, pero en mi caso es distinto, lo hice ya 'bastante vieja', hoy tengo 43 años y comencé hace nueve. Siempre tuve el bichito y un día, a través de Facebook, de contactos, conocía a julio, porque él hacía clases, así que fue mi profesor en esto. Apenas ingresé me enamoré de este mundo", cuenta Claudia, residente del sector Denavi Sur de Talcahuano e ingeniera comercial de profesión.

"Siempre me ha encantado el mar, pero meterme al agua, con una tabla, vivir la adrenalina que se genera bajar una ola, es algo que me voló la cabeza. Dicen que los deportes extremos o te asustan o te generan una adicción, en mi caso me pasó lo segundo, y desde ahí me metí en este mundo. Yo no compito y mi nivel es de una eterna aprendiz, lo hago como un hobby, desde la conexión con el mar, y esa es mi idea, incentivar a las nuevas generaciones a aprender y sumarse al mundo del surf, es lo que me motiva", recalca la deportista y quien tiene su emprendimiento con la venta de ropa deportiva y su tienda Movita (movimiento y vitalidad, Instagram: @movitaf_cl).

Mucho más que olas

Y es que para Claudia, este mundo vino a aparecer también en un momento vital en su vida, pues vino a ser como una verdadera terapia para superar una dura enfermedad, como es el cáncer.

"Yo desarrollé un cáncer, y cuando te hablan de cuánto tiempo te queda, las perspectivas de la vida cambian, también las prioridades, y en ese sentido el surf fue una gran terapia. Me tuvieron que operar, estuve cerca de 9 meses sin caminar y después de ese tiempo pude volver al mar. De hecho una de las cosas que me mantuvo enfocada en mi recuperación fue volver a meterme al agua, yo sabía que si volvía a hacerlo iba a estar todo bien. Volver a hacerlo fue volver a la vida, siento que le debo mucho al surf", expresa con emoción.

Desde ahí que esa conexión con la tabla, el mar, y la adrenalina al correr las olas, hacen que este deporte sea ya un estilo de vida, sin que la competencia sea el foco final. "Para mi surfear es una meditación constante, porque es tu momento de estar solo, estás solo tu y la ola, no estás pensando en la cuenta que tienes que pagar, en los temas de la casa, es algo que le puedes preguntar a cualquier surfista, estando en el mar no importa nada y es el momento de encontrarte contigo mismo. Eso me fascina", repasa.

Nuevas generaciones

Toda esta experiencia vivida en apenas nueve años practicando el surf, es lo que Claudia busca se traspase a niños y jóvenes de distintas comunas de la región, a través del club de surf Poder Sureño, entidad que se la juega por incentivar la práctica de este deporte en la zona.

"El club fue una idea de Julio Salazar, mi amigo surfista de toda la vida, y que tenía este club desde hacía mucho tiempo, pero por diversas razones estaba en stand by. Habíamos efectuado varios campeonatos de surf, la mayoría de ellos con fondos de nosotros mismos. Así nace este club, justamente con la idea de financiar de mejor manera las actividades que efectuamos para incentivar este deporte. Hemos organizado torneos pequeños en la zona, otros más grandes, y con mucho éxito, así que esperamos seguir en esta senda. Incluso generamos instancias de surf inclusivo, permitiendo a niños de escasos recursos puedan participar de jornadas de surf, se les llevan las tablas, todo, y que conozcan y disfruten del mar. De hecho tuvimos una jornada con personas no videntes, en apoyo de la Municipalidad de Tomé, fue una experiencia maravillosa. Nos enfocamos principalmente en las nuevas generaciones, y apuntar a que las familias se atrevan y los apoyen a aprender a practicar el surf. Hay mucha gente que no conoce este deporte, nos ha tomado un tiempo para que la comunidad se acerque a este deporte, pues la idea es llegar a nuevos principiantes que se atrevan a participar y conocerlo", enfatiza.

"Hay mucha gente que no conoce este deporte, La idea a incentivar a las nuevas generaciones a practicarlo".

Claudia Palavecino,, surfista de Talcahuano

"Para mi surfear es una meditación constante, porque es tu momento de estar solo, estás solo, tu y la ola"

Claudia Palavecino,, surfista de Talcahuano