Juan Pablo Fariña
Con el inicio de febrero arranca la segunda parte del verano y con ello, gran parte de los trabajadores inician sus anheladas vacaciones. Sin embargo un problema recurrente es qué hacer para poder cuidar el hogar y así evitar posibles robos, los cuales, lamentablemente, son usuales en estas fechas.
Si bien muchos optan por sistemas de seguridad como alarmas o cámaras de televigilancia, en muchos barrios, los dirigentes vecinales señalaron que hay otras alternativas más prácticas y económicas, que dependen del nivel de confianza existente entre los vecinos.
Miguel Gómez, presidente de la Junta de Vecinos de la población Baquedano de Concepción, señaló que allí "lo más común es encargar la casa a un vecino, que en realidad es de lo más efectivo. Como en su mayoría son adultos mayores, dejan las llaves de las casas con alguien de confianza para que puedan regarles sus plantas o alimentar a sus mascotas. Incluso, a veces les piden a personas o familiares que se queden ahí de cuidadores".
También destacó que "como medida preventiva pedimos a las personas que no anuncien sus salidas en los whatsapp vecinales. Hay mucha gente que entra a esos grupos y no los conocemos. Entonces, por seguridad y para evitar que desconocidos se enteren que hay casas vacías o puedan datear a ladrones recomendamos eso".
Complicaciones
Pedir ayuda al vecino es la opción más recurrente, pero en algunos barrios más nuevos no es tan sencillo. Las familias más jóvenes dicen que en esos lugares se vive de forma más individualista y no hay tanta relación con el entorno como se quisiera. Allí cada uno ve cómo cuida su casa, por lo mismo se ve más presencia de las empresas de seguridad.
Carlos Sanhueza, vecino de San Marcos 2000, en Talcahuano, comentó que "en realidad acá la gente no se toma mucho en cuenta. Cada uno sale y nunca me han pedido que ayude a cuidar una casa de los vecinos del pasaje y eso que hay una relación cordial entre todos. En general en el barrio dejan todo cerrado con candados y se van por varios días, a lo más me ha tocado regarle el pasto a un vecino, pero nada más".
Agregó que "acá no es como en los barrios más tradicionales, donde la gente se conoce de toda la vida y por generaciones. En lugares como esos hay relaciones mucho más cercanas entre la gente, pero acá es diferente".
En la misma línea, Manuel Coloma, presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Talcahuano, sostuvo que "lamentablemente eso ocurre bastante en barrios que son más nuevos, donde no hay tanta colaboración ni relación entre las personas. Ahora, en general, la recomendación es que la gente pueda dejar bien cerrados sus hogares o encargarla a otros vecinos, que también hacen mucho esto de ir a revisar o prender las luces un rato en las noches".
Agregó que "otra alternativa es que algunos también avisan que van a salir por tantos días de la ciudad a las mismas juntas de vecinos, para que tengan conocimiento de eso y puedan estar atentos si hay alguna situación sospechosa. Lo importante es evitar robos y colaborar entre la comunidad".