En el marco del programa de trabajo colaborativo entre la Aduana Regional de Talcahuano y la Capitanía de Puerto, se llevó a cabo un importante operativo de control y fiscalización enfocada en detectar y prevenir actividades ilícitas en el Puerto de Coronel.

La instancia, que se extendió toda una jornada, fue coordinada por el departamento de Fiscalización en colaboración con la Unidad de Drogas y Delitos Conexos de Aduanas y la Capitanía de Puerto, que participó con un equipo especializado de la Policía Marítima, asegurando un despliegue integral en todas las zonas terminal portuario.

El control se centró en la revisión exhaustiva de depósitos de contenedores vacíos, maestranzas, espacios de acopio de mercancías y zonas de contenedores destinados a la exportación.

Inspecciones

En particular, se llevaron a cabo inspecciones aleatorias de contenedores refrigerados (Reefer) y estándar (Dry), tanto en el perímetro interior como exterior del puerto, seleccionando unidades de exportación con indicadores de riesgo para una revisión física detallada.

"Destacamos la importancia de este tipo de fiscalizaciones, que contribuyen al aseguramiento de la cadena logística y brindan la certeza de que las operaciones de exportación desde los puertos de la Región del Biobío se realizan con trazabilidad y en cumplimiento de las normativas vigentes", explicó el director (s) de la Aduana de Talcahuano, Francisco Méndez.

Manuel Muñoz González

Había que tener paciencia y hacer la fila un rato, por casi media cuadra, para no quedarse sin las apetecidas masas para empanadas en la conocida Panadería Belén en Talcahuano, producto cada vez más solicitado en días de fiestas patrias.

Esa fue la tónica durante todo el día el pasado 17 de septiembre en la tradicional panadería ubicada en calle Río Mapocho y Río Ñuble en a comuna puerto, donde las masas para las empanadas fritas o de horno, se iban como pan caliente, más incluso que las mismas hallullas o marraquetas que a diario llegan a comprar sus clientes.

"Yo he venido tres veces, y las tres veces ha estado la larga fila. Ahora ya no me quedó otra que hacer la fila y esperar un ratito nomás, porque si no me voy a quedar sin las masas", comentó Alfredo Pérez, quien llegó a comprar durante la tarde, ya cerca de las 20 horas del 17 de septiembre.

"Antes entre mi señora y yo hacíamos la masa para las empanadas del 18, pero con tanto que uno tiene que hacer, es mucho mejor comprarlas listas, así armamos todo lo demás y rellenamos nomás las empandas en la casa. Es una muy buena opción, sé que muchas panaderías venden masitas listas para empandas, sacan de mucho apuro", apuntó el chorero, quien fue desde el sector San Marcos 2000 en Talcahuano comprar sus apetecidos discos de masas.

Claudia Peña también hizo la fila una media hora durante la tarde, no obstante, afirmó que esa espera no es nada comparado con lo que demora en hacerlas en la casa en días de fiestas patrias.

"El año pasado también vine a comprar acá, sale a cuenta, porque uno se ahorra mucho tiempo. Es muy práctico, sobre todo en estos días en que hay que hacer hartas cosas. En mi caso compré dos kilos para horno, tienen la medida y el grosor justo, así que llegar y rellenar con el pino, el huevito, todo lo que lleva la empanada, y ni siquiera es caro", dijo la vecina del sector.

"Acá es tradicional la venta de masas, siempre viene mucha gente, pero este año se pasó, mucha gente vino durante todo el día, las personas vienen a la segura, porque saben que van a encontrar a toda hora, para horno o para freír, las dos son muy demandadas, yo diría que fueron más de 300 kilos que se vendieron solo el día 17", cuenta Margarita, cajera de dicha panadería, lugar donde incluso regalonearon a sus clientes con un buen mote con huesillo para amenizar la espera.

María Soledad, dueña del lugar, en tanto, valoró la preferencia de los clientes, asegurando que es tradición la venta de masas en estos días. "La gente ya nos conoce y opta por sus masitas en estos días, es un producto práctico y que facilita el proceso para armar las clásicas empanadas dieciocheras", expresa con entusiasmo.

300 kilos de masas para empanadas se vendieron sólo en un día en Panadería Belén.