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Pascuero saca sonrisas a bordo de "Las Bahías"

A casi tres semanas de Navidad, conductor hualpenino ya luce su barba natural y su traje de Santa Claus, alegrando los viajes de grandes y chicos sobre su máquina.
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Manuel Muñoz González

Esbozar una sonrisa resulta inevitable al subir a la máquina número 13 de la línea Las Bahías en el Gran Concepción, pues al subir las escaleras y encontrarse con el viejo pascuero al momento de pagar el pasaje, simplemente no tiene precio.

Así lo sienten los pasajeros que desde hace algunos días y por más de ocho años, se topan en el camino con la máquina que conduce Nemro Zúñiga, para quien vestirse como Santa Claus es toda una tradición, llevando una cuota de alegría y magia a sus pasajeros, siendo los niños quienes más lo disfrutan.

"Cuando veo a un niño que sonríe o me pide una foto, es una alegría para mi, siento en el alma es alegría de ver esa ilusión en ellos, de creer que existe el viejo pascuero, que le va a traer un regalo, queda esa felicidad tan profunda, es sentir esa felicidad del niño", expresa con emoción el conductor hualpenino, quien desde 2015 realiza este hito navideño.

"Hay niños que hoy tiene 14 ó 15 años, y tienen una foto de cuando eran chicos conmigo en la micro, me ha pasado y qué felicidad cuando ese joven me habla y me dice eso, y con simpatía. Ha sido una bonita experiencia, una bonita historia, y yo trato de reflejar la navidad, eso de ir en la micro, que es como ir en el trineo con el viejo pascuero", remarca.

Penas y alegrías

Sin duda se trata de un momento especial en la vida de Nemro, quien no oculta su emoción y los sentimientos encontrados de estos días, al recordar a quien precisamente lo aventuró en esta idea de vestirse de viejo pascuero, y quien hoy lo acompaña desde el cielo, pues falleció hace 3 años.

"Quien me indujo en esta aventura de vestirme de viejo pascuero fue mi esposa, María Carolina Villauta. Una mujer rubia, italiana, muy especial, que me enseñó a ver la vida más linda, más hermosa, como es darle alegría a los niños. Yo cuando niño no lo pasaba muy bien en Navidad, nunca tuve un regalo, me crié con mi hermana mayor quien hizo el papel de mamá, pues a los 4 años quedé huérfano. Son sentimientos encontrados, y por eso mismo yo hago esto con más énfasis, con más calor y siempre con una sonrisa para los niños. Mi señora me decía, si algún día no estoy, tu sigue haciendo esto de vestirte de viejito pascuero, así que hoy lo hago con más fuerza que nunca, ella me da las fuerzas para poder hacerlo", recalca.

De hecho Nemro recuerda que junto a María Carolina, ambos se vestían con el traje de Santa Claus y participaban de actividades benéficas en días de Navidad. "Andábamos en la máquina, hacíamos bolsas navideñas, le echábamos dulces, hacíamos eventos en jardines infantiles, en hogares de adultos mayores. Un vez nos ofrecieron dinero para una entrevista en un canal de televisión y no quisimos, porque esto lo hacíamos sin fines de lucro. El 2017 hicimos mil botas con dulces y las regalamos. Cosas lindas que nunca se olvidan", dice con emoción.

Y esa misma alegría mantiene a bordo de su micro, y que traslada desde Talcahuano a Concepción, de Los Cerros a Palomares o al Valle Nonguén. "Hay gente que se ríe con emoción cuando me ve, y yo lo retribuyo con una sonrisa también, porque lo que yo quiero es alegrar a la gente, demostrar que la felicidad no cuesta nada, solo ser simpático, y con mi traje, mi barba natural, mis cejas naturales y mi forma de ser, hago feliz a los niños y a mis pasajeros", afirma este ya reconocido chofer-pascuero, reconocibles en las calles por su barba natural y el rojo intenso de cada uno de sus tres trajes con que día a día sale a manejar y a trasladar a miles de penquistas y choreros a sus destinos. "En la vida todos tenemos que tener una esencia, unos más cálidos, otros más fríos, lo mio es ser cálido con la gente, y trato de dar a conocer al mundo lo que es la navidad", cerró.