Estudio identificó que el precio de elaborar una empanada subió 12%
Investigación de USS concluyó que Concepción es donde más se incrementó el costo, aunque el valor más caro por unidad está en Viña, donde preparar una sale $1.052.
Leo Riquelme
Mucho se habla por estos días de su sabor y calorías, pero poco se mencionan sus precios y el impacto que ha tenido la inflación en la elaboración de la empanada, reina de las Fiestas Patrias. A identificar eso se abocó un estudio de la Universidad San Sebastián, que detectó que su costo promedio se encareció en 12% en un año.
El trabajo del Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Economía y Gobierno estableció que su alza está por sobre el IPC acumulado en 12 meses (5,3%) y por encima de la canasta general de alimentos, que es de 9,2%.
Sus encargados tomaron una receta creada para cocinarla con un kilo de harina, una cucharadita de sal, 120 gramos de manteca, una cucharada de aceite vegetal, un kilo de cebolla, medio kilo de posta rosada, 12 aceitunas (aproximadamente 100 gramos) y seis huevos.
Los valores de estos ingredientes fueron tomados a partir de los datos de precios que proporcionó hoy y hace un año la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), del Ministerio de Agricultura. A ese proceso se tomó la información del INE, que en ese lapso reportó que el producto que más subió fueron los huevos, que se elevaron 44% en 12 meses.
Más caro
Sin considerar el gasto en combustible empleado para hornearlas, la USS concluyó que la ciudad donde más ha subido el precio es Concepción. Mientras que en 2022 preparar una empanada costaba $863, ahora será un 20% más, es decir, $1.034.
Aunque subió menos, la preparación más cara de este producto es la que se paga en Viña, donde hacer una empanada cuesta $1.052, un 15% más que el año pasado.
En ciudades como Santiago, el producto pasó de $903 a $1.031 (14% de alza); en Arica subió desde $863 a $1.000 (12%); y en Puerto Montt varió desde $923 a $984 (7%). Donde menos se encareció fue en Temuco, que pasó de $912 a $971, es decir, un 6% frente a 2022.
"Es bien sabido que 'el impuesto inflación' es el más regresivo de todos, puesto que golpea con mayor fuerza a los hogares más vulnerables. Según la última Encuesta de Presupuestos Familiares (2018), los hogares pertenecientes al quintil de menores recursos destina un 29% de sus ingresos al consumo de alimentos. Por ello, retornar a la meta de inflación del Banco Central, en torno al 2% en un período de 2 años, se convierte en una necesidad urgente para el país", concluyó el informe.