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Berta Marín: la periodista que abrió camino con sus columnas

Sin buscarlo, fue una de las mujeres de las comunicaciones que inspiró a otras profesionales en la región.
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Cristian Aguayo Venegas

Si hablamos de una pionera en el periodismo escrito desde la mirada de la mujer hay que nombrar a Berta Marín, periodista y docente penquista que a inicios de los años 70 publicó una serie de columnas en diario El Sur que retratan la vida de una mujer que navega entre su profesión y ser dueña de casa.

A raíz de esto, sociólogos de la U. de Concepción realizaron una investigación sobre las columnas de la profesional y sus implicancias sociales.

"La más sorprendida fui yo cuando supe de esta investigación del equipo de sociólogos de la Universidad de Concepción. Como he dicho en varias oportunidades, sorprendida porque mi trabajo era muy modesto, era una columna semanal en las páginas de Vida Social dentro del diario El Sur", indicó.

"Ahí es donde escribí incidencias domésticas, maternales, y era una manera de encontrar un respiro, una forma de darle curso a mi condición de periodista dentro de mis funciones de dueña de casa que para mí, eran más importantes en ese momento", complementó, agregando que "por lo mismo, me sentía feliz de tener la oportunidad de hacer algo de periodismo desde mi casa, y lo hice mientras fue posible, después siempre seguí con la escritura en el diario, pero ya no como dueña de casa".

-¿Cómo fue que dio paso a las columnas?

-Debido a que, mi condición de periodista no se podía callar, no se podía ocultar. Entonces, ante la disyuntiva de seguir trabajando, porque antes de casarme era reportera o dedicarme a cuidar a mis hijas, así que esa fuerza periodística era imposible de callar. Así se da esto del diario de una dueña de casa. Así me encontré escribiendo esto, que los sociólogos después de 50 años descubrieron que tuvo mucha importancia social, porque las mujeres, según ellos, dicen que algunas se identificaron con esta mamá que estaba escribiendo de la casa.

Al ser consultada si en aquella época se notaba ese impacto, respondió de forma negativa, ya que a su visión solo era la gente cercana la que leía las columnas. "Honestamente, nunca vi ningún impacto. Eran mis amigas que me leían, que se identificaban como amigas en lo que hacíamos, me comentaban. Pero pude evidenciar algo cuando una colega, Silvia Macquiavello me dijo que porqué había dejado de escribir, que era un periodismo fresco. Eso me impactó mucho", afirmó.

"Nunca pensé que había afectado de esa forma a la mujer penquista o que alguien sacara alguna idea personal de aquellas columnas", agregó.

-¿Qué significaba escribir esos artículos?

-Era todo. No podía dejar de escribir. Los periodistas no podemos dejar de ser periodistas. Cuando entré a la carrera fue con una fuerte vocación. A mí me gustó mucho mi profesión, siempre, entonces, habría sido periodista de cualquier manera.

Los escritos de la penquista revolucionaron sin tener esa visión por la comunicadora. Cada semana salía algún escrito de "Marina", su seudónimo. Alrededor de 48 columnas fueron publicadas, sin embargo, tuvo su final por decisión propia.

"Ahí nació mi tercer hijo, y con un cambio de casa ya había mucho trabajo. Por otra parte, las niñas iban a empezar a escribir y leer, entonces, iban a ser muy críticas de la mamá. Había que pensar en eso también, sin embargo, seguí escribiendo como Marina por muchos años. Por 30 años escribí con ese seudónimo en diario El Sur. Salí de las columnas y me enfoqué en el periodismo de opinión y en las entrevistas del domingo", puntualizó.

Cambio de época

También se refirió a cómo era ejercer la profesión en sus primeros años, lo que catalogó como "complicado". "Éramos unos pájaros raros, unos bichos raros. Las mismas mujeres nos miraban mal o con mucha curiosidad, porque éramos muy desenvueltas, entrábamos en oficinas, servicios públicos a cualquier hora, nos atendían mucho y bien, a veces nos tocaban turnos de noche, éramos una profesión nueva, así que fue difícil", aseguró.

"Cuando se me complicó a mí la cosa fue que con guagüita, no podía seguir trabajando, porque decidí que no podía. No habría podido ir a trabajar con una guagüita enferma, no habría podido. Fue difícil al comienzo, pero sí teníamos mucha, mucha oportunidad de trabajar", puntualizó.

-¿Cómo ha visto el cambio de la mujer periodista con los años?

-Me tocó trabajar en tres universidades. Formé a muchas mujeres periodistas y creo que las que comenzamos en esto fue con una vocación grande.

"El ejercicio de la profesión se diversificó mucho, ya no trabajaban en medios sino que trabajaban en organizaciones, en entidades, en oficinas. El periodismo abarcó más la comunicación social que el periodismo propiamente tal", cerró.

Mientras que, a nivel social, Berta Marín indicó que "hoy tenemos un cambio absoluto, estamos en otra sociedad. Antes teníamos roles muy definidos, pero hoy éstos se comparten con los maridos, no hay mayor diferenciación. Es otra composición social".

"Esa fuerza de periodista era imposible de callar, así se da el diario de una dueña de casa".