Pesar transversal en Penco por el repentino cierre de Fanaloza
Extrabajadores apuntaron que la medida se veía venir, dado el actual escenario económico que existe en el rubro por las importaciones. Algunos ya se reinventan para volver al mercado laboral, y otros esperan que apoyos se concreten.
Un despertar triste tuvieron más de 150, ahora ex trabajadores de la empresa de fabricación de artículos de loza, Fanaloza, tras el anuncio de paralización de las obras de producción, situación que los dejó sin su fuente laboral.
El anunció se produjo el pasado lunes, cuando la empresa les comunicó la decisión, motivada por el actual escenario económico y por los costos de producción, mayores a lo que cuesta hoy en día importar esos mismos tipos de productos, lo que incluso ya estaba haciendo previo a decretar su cierre.
"Estuve en la empresa más de cuarenta años, desde los 21 que trabajé en este rubro. Pasé por todos los procesos de quiebra, por distintas etapas de Fanaloza. Yo estaba cuando se trabajaba más artesanal, con moldes en un marco de madera, hasta que después pasó a ser todo mecanizado. De 24 piezas que hacíamos por persona, se llegó a fabricar 180 piezas con solo dos personas", recordó Juan Belmar, quien había salido hace unos meses de la empresa, cuando Fanaloza lo desvinculó, precisamente por el panorama que se veía venir, por lo que ya vivió lo que hoy están viviendo más de 150 excompañeros.
"Es una pena tremenda. Nuestros padres, nuestros abuelos trabajaron en esta empresa. Ahora cuando nos vamos no nos van a tocar el pito, como ocurría antes cuando un ex trabajador fallecía y pasaba por fuera de la empresa. Es algo doloroso para todos, para la comuna, porque la planta mantenía a gran parte de la población en su momento", agregó Belmar, a quien en estos meses no le quedó otra que "reinventarse" para poder volver al mercado laboral. "Acabo de hacer un curso de guardia, para tratar de reubicarme. Ahora estoy utilizando el último mes que me queda del Seguro de Cesantía, para luego buscar una oportunidad en algo distinto a lo que siempre hice", remarca.
Fernando Neira, vocero de la Unión Comunal de Penco, no ocultó su pesar por la decisión, pues varios familiares suyos pasaron por la fábrica pencona.
"Es lamentable, aunque es algo que se veía venir. Mi papá trabajó hace muchos años acá, fue jefe de yeso, cuando era la primera Fanaloza, antes de transformarse en Lozapenco, y mis amigos eran hijos todos de loceros. Cuando pasan estas cosas, afectan no sólo a las familias directas, sino a su entorno, y más aún a gente que ha estado ligada a la empresa por muchos años, entonces reconvertirse es mucho más complejo", contó quien también es vecino de la empresa, pues vive en la población Facundo Díaz, barrio del patrimonio histórico de la comuna que lleva el nombre de uno de los dueños de la empresa original, la familia Díaz.
"De todas formas la empresa ya no era lo de antes en términos de impacto en el empleo en Penco, hoy con suerte funcionaba en en 20% de lo que era originalmente, ya que mucha gente cambió de rubro y se reinventó", añade Fernando Neira, quien en su casa conserva reliquias de loza fina, pintadas incluso a mano, de hace varias décadas.
dolor vecinal
Para los vecinos del sector y de Penco en general, ver el freno de la producción de la centenaria empresa es un golpe fuerte, tanto en lo económico para los extrabajadores, como para el patrimonio comunal de Penco.
Así lo manifestó Romualdo Sáez, de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Penco. "Esto se convierte en un drama para las familias de los trabajadores, pero también para todo lo que se movía en torno a Fanaloza, es decir, negocios, vecinos, papás, hermanos, etcétera", afirma.
"Hay vecinos míos que ahora están cesantes. Hay algunos que llevaban toda una vida en la empresa, aunque hay que decir que son los menos, porque quienes hoy trabajaban son personas relativamente jóvenes, ya no quedaban tantos trabajadores de antaño", remarca el dirigente vecinal.
Dentro de la mala noticia, Romualdo Sáez expresa que "la empresa ya venía algo mal, en decadencia. Llegamos a un peak trabajando de 4.000 personas en sus mejores años, ahora no quedaban más de 150, se fue reduciendo la cantidad de obreros de forma paulatina. Los comentarios que había desde hace unos meses, se sabía que la empresa podía tomar este rumbo, de hecho sus dueños, que son ecuatorianos, ya estaban trayendo productos de loza desde afuera, entonces era algo que se veía venir".
"La empresa ha estado muchas veces en esta situación, ha quebrado y ha vuelto a resurgir. Creo que la empresa, su producto, es por lejos superior en calidad a cualquier producto que viene del extranjero, productos pintados a mano en su momento. Mi esperanza es que esto vuelva a resurgir y a funcionar de nuevo", añade Sáez.
golpe al patrimonio
Para el historiador Boris Márquez, director de la Galería de Historia de Concepción y coordinador del Archivo Histórico de Concepción, y quien ha escrito varios trabajos en torno al desarrollo de la industria de la cerámica de Penco, el cese de operaciones de la línea de producción de la tradicional empresa viene a significar un golpe tanto en lo económico como en lo patrimonial para la comuna, para la provincia y para la Región del Biobío.
"Es una noticia lamentable para los pencones y para quienes se vinculan con una industria tan histórica y centenaria como Fanaloza, que en los últimos 80 años ha forjado lo que hoy conocemos como comuna de Penco. Sus calles llevan nombres de personas que fueron sus fundadores, hay viviendas relacionadas con la industria, hay clubes deportivos relacionados, entonces que cierre una empresa que había podido sobrevivir a diferentes crisis como la del año 1982 o de 1991, es muy triste para el Gran Concepción en general", resumió Boris Márquez.
"El tejido social para los pencones está asociado a su industria. Ayer fue la industria Crav, hoy lo mantenía la industria Fanaloza, en Lirquén su puerto y sus minas, y es triste que se vaya perdiendo esa memoria, además cuando no hay espacios de reconversión ni de conservación potente de la memoria histórica. Por ejemplo hoy sigue al debe y falta crear el Museo de la Cerámica Nacional. La ciudad a través del museo municipal y diferentes otras instituciones han creado rutas, han creado murales, pero falta capacitar a los antiguos trabajadores para que sean ellos mismos quienes realicen estas rutas. Falta crear este museo de la cerámica en Penco y patrimonializar ciertos espacios, pues todavía hay mucha gente que no sabe cómo se produce la cerámica, de dónde venían sus yacimientos, y esta memoria, si no la rescatamos ahora, si el Estado no interviene con políticas y no se dan los recursos para su reconversión, se va a perder para siempre", dijo Márquez.
Una preocupación compartida por los pencones, y también por las autoridades, las que, por lo pronto, apuntaron a llegar a los ahora extrabajadores, a fin de facilitar herramientas de capacitación, a fin de permitirles una reconversión a los más 150 trabajadores que fueron desvinculados de la compañía.