Matías Gatica Lindsay

En la tarde de ayer se llevó a cabo la formalización de los nueve sospechosos de participar el 8 de marzo en el robo frustrado de $32 millones de dólares a un camión de valores en el Aeropuerto de Santiago, que terminó con un funcionario de la Dirección General de Aeronáutica Civil fallecido, al igual que un delincuente. Según detalló la Fiscalía, los imputados planificaron el ilícito durante cuatro años y el líder de la banda continúa prófugo. Ocho de los apresados quedaron en prisión preventiva.

En la audiencia, el fiscal a cargo del caso, Eduardo Baeza, dijo que un hombre identificado como Patricio Fuentes, que sigue prófugo de la justicia, era el líder de la banda, quien tenía como brazos operativos para el atraco al exfrentista José Luis Robles; Maximiliano Concha, muerto en el robo; David Espinoza, también fallecido; Cristian Miranda; Weeldhen González; Sebastian Antivilo (prófugo); Claudio González; y Yonathan Cruces, quien fue detenido en Paraguay y se confirmó ayer que será extraditado.

El persecutor dijo que fueron brazos logísticos los imputados José Bilbao, Ángel Escarate, Marcos Fuentes, Marco Herrera y Alberto Hernández.

El día del atraco los delincuentes habrían salido desde la empresa de transportes de este último en Lampa para llegar a eso de las 7:45 horas al aeropuerto, donde ingresaron en cinco camionetas, todas con encargo por robo y patentes adulteradas, al Puente E5 donde planeaban hacer el que hubiera sido el robo más grande registrado en la historia del país.

Al llegar, los sujetos le robaron su arma a un guardia, y tras superar esa primera barrera se enfrentaron con tres funcionarios de la DGAC, entre ellos Claudio Villar, quien según el fiscal recibió siete impactos en su chaleco antibalas y siete en el cuerpo. Uno de ellos, que entró por el brazo y le perforó el tórax, fue el que habría provocado su muerte. Una vez tirado en el piso, la camioneta manejada por Yonathan Cruces le habría pasado por encima al vigilante, arrollándole las piernas.

En su huida, los imputados abandonaron cuatro de las cinco camionetas, dos de las cuales habrían sido quemadas por Cristian Miranda. Los ladrones abordaron otros tres vehículos que los esperaban y se trasladaron a a la casa de Ángel Escarate, la que sirvió de refugio. Luego se dispersaron hasta ser detenidos esta semana.

El Ministerio Público, que difundió el rostro de los tres prófugos, formalizó a los apresados por de asociación ilícita, robo con homicidio, robo con violencia e intimidación, lesiones leves, tenencia ilegal de armas de fuego con número de serie borrado, entre otros delitos, y pidió la prisión preventiva para todos.

Sin embargo el magistrado del Primer Juzgado de Garantía, Fernando Guzmán, resolvió dejar en prisión preventiva a ocho de los imputados. "Sus libertades constituyen un peligro para la sociedad", aseguró. El noveno sospechoso, Marco Herrera, quedó con arresto domiciliario total y arraigo nacional. Se fijaron 120 días para la investigación.